lunes, 29 de septiembre de 2008

No hay tregua



Mi trabajo se parece mucho a un juego que me encantaba de niño: subir corriendo por una escalera mecánica que baja. A partir de cierta velocidad lo consigues, y llega un punto en el que las piernas no notan el esfuerzo, y consigues subir de manera constante. No todos suben. Unos no quieren, otros no pueden, otros no aguantan.

Escribía en este blog hace no mucho: "Nada más llegar a la meta, me doy cuenta de que no es sino un mojón que marca el final de una etapa y el principio de otra. Pero es una meta importante; porque a partir de ahora, ya casi todo es elección."

Sigue siendo cierto, pero con un matiz: la elección es seguir jugando a este juego o bajarme de la escalera. Porque si dejo de subir más velozmente de lo que baja la escalera, inexorablemente iré bajando. Y si dejo de caminar subido a la escalera, la bajada se parecerá mucho a una caída. No hay tregua, como en el poema de hoy de Cortázar, que si os fijáis se parece mucho al de hace un par de semanas.

NO ME DES TREGUA (Julio Cortázar)

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre,
que cada cosa cruel sea tú que vuelves.

¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.

No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tálame como un sílex, desespérame.


Suena Tom Waits, cómo no.



Que tengáis un buen día.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Cuando sangran las rodillas

Atentos a la grabación de hoy, Vladimir Horowitz toca en 1968 la primera balada de Chopin y, claro está, el Carnegie Hall entero se viene abajo.



Otro día hablaremos del Premio Cervantes de 2007, hoy me conformo con leer su poesía.

LÍMITES (Juan Gelman)

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.



Maravilloso, ¿verdad? Buen fin de semana a todos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Aleteos

Chopin compuso su segundo concierto para piano y orquesta en fa menor (que fue en realidad el primero que compuso) entre 1829 y 1830, así que tenía solamente veinte años cuando lo acabó. De este concierto me gusta la forma que tiene el piano de sobrevolar, "aleteando" y haciendo de eje en torno al que gira la orquesta.

Este aleteo se acentúa en el segundo movimiento, cuya parte central es dramática y a la vez misteriosa: los trémolos de los violines se alternan con (y alteran) los pizzicati de los instrumentos graves del cuarteto; y sobre todas la cuerdas aletea el recitado del piano, a modo de voz.

De todas la versiones que circulan, destaca ésta en la que un Rubinstein muy lejos de sus años jóvenes y virtuosos nos enseña lo que significa interpretar: ese proceso lento de interiorizar la partitura, sentir como la música te inunda y te llega muy dentro, y ese abandonarse y dejar que el corazón y las entrañas guíen los dedos por las teclas y la música sale de tí. Fijaos en su expresión: no es que se haya metido en la música, es que la música se ha metido en él y fluye y es parte de él.



Os dejo con un poema que a primera vista es todo lo contrario al segundo movimiento del concierto anterior.

Desde que el alba quiso ser alba (Miguel Hernández)

Desde que el alba quiso ser alba, toda eres
madre. Quiso la luna profundamente llena.
En tu dolor lunar he visto dos mujeres,
y un removido abismo bajo una luz serena.

¡Qué olor a madreselva desgarrada y hendida!
¡Qué exaltación de labios y honduras generosas!
Bajo las huecas ropas aleteó la vida,
y sintieron vivas bruscamente las cosas.

Eres más clara. Eres más tierna. Eres más suave.
Ardes y te consumes con más recogimiento.
El nuevo amor te inspira la levedad del ave
y ocupa los caminos pausados de tu aliento.

Ríe, porque eres madre con luna. Así lo expresa
tu palidez rendida de recorrer lo rojo;
y ese cerezo exhausto que en tu corazón pesa,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo.

Ríe, que todo ríe: que todo es madre leve.
Profundidad del mundo sobre el que te has quedado
sumiéndote y ahondándote mientras la luna mueve,
igual que tú, su hermosa cabeza hacia otro lado.

Nunca tan parecida tu frente al primer cielo.
Todo lo abres, todo lo alegras, madre, aurora.
Vienen rodando el hijo y el sol. Arcos de anhelo
te impulsan. Eres madre. Sonríe. Ríe. Llora.


Pero sólo a primera vista, ¿verdad?

Que tengáis un buen día.

domingo, 21 de septiembre de 2008

No te quedes conmigo

Domingo, cae la noche y vamos pasando la página de esta semana. Del poeta favorito de mi hermana favorita.

NO TE SALVES (Mario Benedetti)

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.


Nada que añadir. Vladimir Horowitz nos regala una interpretación sublime de la maravillosa Consolación nº 3 de Liszt.



Tengo que volver a tocar el piano. A ver.

Que empiece bien la semana.

viernes, 19 de septiembre de 2008

(Más) Vergüenza II




Sigo con mis cabreos a cuenta de la Unión Europea y el retroceso en los derechos fundamentales a golpe de directiva.

En mi anterior vida, fui profesor a tiempo completo, como muchos de vosotros sabéis. Lo que a lo mejor no sabéis es que durante cuatro años estuve a cargo, además de la troncal, de la asignatura “Nacionalidad y extranjería” como optativa para los alumnos de último año de las facultades de Derecho, Económicas y Relaciones Laborales. Viene esto a cuento porque una de las cosas que decía el primer día de curso era que debíamos todos desterrar y hacer desterrar del vocabulario la expresión “extranjeros ilegales” para referirnos a los extranjeros en situación irregular. La razón era doble. Primera, porque por definición las personas no pueden ser “ilegales”: pueden serlo los actos, pero no las personas. Segunda, porque la terminología es en sí como mínimo impropia de un aula universitaria por lo dicho y peligrosamente cercana a los postulados racistas que querrían hacer del adjetivo "ilegal" un epíteto en el contexto.

Pasaron los años, y dejé de oir la expresión, al menos tan a menudo. Por la calle se oía más hablar de sin papeles que de ilegales. Mejor. Y unos regularizando, y los otros oponiéndose a ello, y unos forzando expulsiones sumarias, y los tribunales sentenciando que la mayoría de las expulsiones no eran ajustadas a Derecho, pero claro el “extranjero ilegal” con suerte hacía años que ya no estaba por aquí y con menos suerte se había ahogado en alta mar --aunque algunos, hay que decirlo, tenían el mal gusto de morirse en nuestras playas, algunos incluso de día y con niños delante. Bueno.

Pero hete aquí que alguna mente preclara tuvo una idea en Bruselas: ¿no sería bueno unificar o al menos armonizar las normativas nacionales en materia de expulsión? Claro, dijeron todos al unísono, así impediremos que entren por los países más laxos para luego desplazarse intracomunitariamente aprovechando la desaparición de las fronteras físicas.

Y así el 18 de junio pasado el Parlamento Europeo aprueba una directiva “sobre los procedimientos y normas comunes para el retorno de los nacionales de terceros países que se encuentren ilegalmente en su territorio”, más conocida como la Directiva de Retorno. En realidad, es la Directiva de la Vergüenza.

Y claro, al ver en el título la expresión abominable y no digamos ya al leer el contenido de la directiva a un servidor se le han hinchado primero la vena y luego las pelotas.

Mis razones:

1. Porque la directiva establece que los sin papeles podrán ser detenidos con una mera orden administrativa – frente a la legalidad hoy vigente en España que dice que un funcionario no puede ordenar detenciones.

2. Porque la directiva posibilita la expulsión de menores de edad – cosa que en este país hoy es ilegal, como lo es encarcelarlos, por aquello de que un menor es por definición un “incapaz”

3. Porque una vez detenido, el extranjero podrá pasar hasta un año y medio en un centro de internamiento (y cuando estén llenos, en la cárcel) – frente a los 40 días que marca hoy la ley en España.

4. Porque considera la libertad de movimiento del ser humano hambriento como un peligro social.

5. Porque mercantiliza al ser humano.

6. Porque criminaliza a toda aquella persona que carecezca de una autorización administrativa.

7. Porque vulnera la Convención de Nueva York sobre los derechos del niño de la ONU, ratificada por España.

8. Porque supone privar de libertad a personas sin filtro judicial, lo cual es contrario a nuestra Constitución.

9. Porque vulnera la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, también ratificada por España.

10. Porque facilita discursos del tipo: “XXX extranjeros cobrando el subsidio de desempleo mientras YYY españoles tienen que ir a vendimiar a Francia.”

Basta ya. Hasta aquí hemos llegado. Digamos NO.

La directiva ya está aprobada, pero debe todavía trasponerse a las legislaciones estatales, así que digamos ‘No a la Directiva de la Vergüenza’ igual que dijimos ‘No a la guerra’.

Porque nos va en juego la dignidad. Porque ya no nos acordamos de que muchos de nuestros abuelos fueron o pobres, o emigrantes, o las dos cosas. Porque como sigamos así hago apostasía de la ciudadanía europea y me exilio al tercer mundo.

Como sugería un sabio el martes, cantemos todos con los Beastie Boys “You Got to Fight For Your Right”



Que tengáis un buen fin de semana.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Ayer dentro de un mes...

...conoceré a uno de mis dioses. Porque el 17 de octubre viene a Barcelona Paul Modfather Weller, acompañado de Steve Cradock de Ocean Colour Scene (guitarras), Andy Lewis (bajo), Andy Crofts de The Moons (teclados) y Steve Pilgrim de The Stands (batería). Si estás a menos de 1000 kilómetros y no tienes ya tu entrada, se te está acumulando trabajo. Si Madrid te pilla más cerca, toca allí al día siguiente.

Para ir abriendo boca, un pedazo de interpretación del "You Do Something to Me":



Nos vemos allí. Y mientras tanto, poesía dura y honesta, de la que sólo puede escribir una mujer.

MELANCOLÍA (Alfonsina Storni)

Oh muerte, Yo te amo, pero te adoro, vida...
Cuando vaya en mi caja para siempre dormida,
Haz que por vez postrera
Penetre mis pupilas el sol de primavera.

Déjame algún momento bajo el calor del cielo,
Deja que el sol fecundo se estremezca en mi hielo...
Era tan bueno el astro que en la aurora salía
A decirme: buen día.

No me asusta el descanso, hace bien el reposo,
Pero antes que me bese el viajero piadoso
Que todas las mañanas,
Alegre como un niño, llegaba a mis ventanas.


Que tengáis un buen día

martes, 16 de septiembre de 2008

Vergüenza (I)



En este blog no se habla de política, y hoy no es la excepción. Pero estamos entrando, o mejor nos están empujando a entrar en aguas pantanosas. Hablamos de libertades, o mejor de recortes sustanciales al legado de libertades que nuestros padres nos han dejado. Hablamos de una derogación de derechos fundamentales con alevosía y por la puerta de atrás. Y se me está calentando la sangre.

Hablamos de la mayúscula vergüenza que supone la propuesta de reforma de la directiva 2003/88 sobre “ordenación del tiempo de trabajo" adoptada el pasado 11 de junio de 2008 por el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores de la Unión Europea.

La versión oficial es que la modificación pretende crear un instrumento que permita “flexibilizar” el tiempo de trabajo. La idea, nos dicen, es permitir pactos individuales entre trabajador y empresa (hoy ilegales) donde el trabajador pueda renunciar a su jornada máxima (la que tenga por convenio, normalmente entre 38 y 40 horas semanales), consintiendo en trabajar hasta 65 horas semanales. El pretexto es, en términos waltdisneyanos muy apropiados en estos tiempos de crisis, “crear más y mejor empleo mediante la flexibilidad” (Comunicación de la Comisión Europea de 27 de junio de 2007). Y, claro, dicho así...

Pero no hablamos de la opción legal y legítima del trabajador de libremente decidir completar ingresos mediante el desempeño de dos o más puestos de trabajo (con dos o más salarios) hasta llegar a las 65, o las 80, o a las 100 horas de trabajo semanales (cosa que es perfectamente legal). Ni hablamos de empresarios colectivos o autónomos. Hablamos de “pactos individuales” entre trabajador asalariado y empresa que permiten –y esto es lo que no se nos dice en la versión oficial, y la razón por la que hoy son ilegales- derogar el sistema legal de fuentes en materia de tiempo de trabajo.

Me explico: la teoría dice que la ley y/o el convenio colectivo fijan las reglas del juego, y mediante el contrato individual de trabajo la empresa y el trabajador puede pactar lo que quieran, pero nunca por debajo de los límites que marca la ley. Por ejemplo, es ilegal que un contrato individual de trabajo fije que el empresario te puede echar a la calle pagándote diez días por año trabajado, aunque al trabjador le pueda parecer bien. O que el trabajador renuncie a sus vacaciones anuales pagadas, o a parte de ellas. O, lo que motiva estas líneas, que el trabajador consienta en trabajar 65 horas a la semana en vez de las 38-40 horas que fijará normalmente el convenio –y las extraordinarias que pueda trabajar y cobrar, que a su vez están también limitadas.

Hablamos de derogar las actuales normas sobre un período mínimo de descanso y duración máxima semanal del trabajo. Hablamos de un futuro muy próximo en el que el supuesto “pacto individual entre empresario y trabajador” se traducirá en la derogación masiva de los avances sociales mediante acuerdos individuales en masa.

Hablamos de una erosión sin precedentes en el Estado social y de Derecho que consagra la Constitución.

Hablamos de derogar el estándar mínimo de protección que ha llevado decenios consolidar, y con él el Estatuto de los Trabajadores y los convenios colectivos, que si propera la propuesta pasarían a tener la categoría de declaración simbólica.

Hablamos de legitimar el trabajo precario a golpe de directiva.

Y hasta aquí hemos llegado.

Porque el tiempo de trabajo no es sólo una condición de empleo; porque a la inversa es una condición para que la vida del trabajador exista cuando deja la empresa, para que pueda ejercer como persona, como padre, como hijo, para que pueda acceder a la cultura y a la educación, para que pueda leer y recitar poesía, ir a un concierto, tomarse cañas con los amigos, hacer el amor, pasear con sus hijos, o escribir en un blog.

Llevamos, todos, veinte años dormidos. Veinte años hace que nos dejamos convencer por los bancos que éramos ricos. Veinte años hace que nos han anestesiado el cerebro a base de desviarnos la sangre al estómago y a los gentales.

Veinte años hace que el paisaje intelectual del país –con honrosas excepciones que destacan por lo desértico de la foto- recuerda al paisaje lunar del Cap de Creus, o al de los Monegros. Veinte años hace que consentimos cualquier cosa a nuestros políticos, que hemos renunciado a los ideales, a la igualdad social como condición de libertad. Veinte años hace que renegamos y apostatamos de nuestros derechos fundamentales y la democracia, sólo diez años después de conseguirla –o en mi caso, de que me la regalaran porque en el 78 no tenía ni bigote.

No consintamos la vergüenza, no seamos cómplices de ellas, porque entonces nos habrán sometido. No sigamos dormidos, ni durmiendo (que como es bien sabido no es lo mismo). Despertemos del letargo y volvamos a cantar: “Get up, stand up, stand up for your right / Get up, stand up, don’t give up the fight,” [Levántate, ponte de pie, reclama tu derecho / levántate, ponte de pie, no cejes en la lucha]




Que tengáis una buena semana.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Hoy dentro de un mes...



, contado de fecha a fecha, sale a la venta el nuevo disco de Lucinda Williams, Little Honey. Os adelanto el Track List:

1. Real Love
2. Circles And X's
3. Tears Of Joy
4. Little Rock Star
5. Honey Bee
6. Well Well Well
7. If Wishes Were Horses
8. Jailhouse Tears
9. Knowing
10. Heaven Blues
11. Rarity
12. Plan To Marry
13. It's A Long Way To The Top (If You Wanna Rock N’ Roll)


Cuando la vimos en Paris el pasado mes de noviembre Ms Williams ya nos adelantó "Honey Bee" --ver set list debajo, el original lo tiene mi querido San.



Atentos al 14 de octubre y atentos a la más que probable gira europea. Porque ahí estaremos.

De regalo, una versión del "Blue" a dúo con Elvis Costello que he encontrado esta tarde en youtube, ¿hace falta algo más para que empiece bien la semana?



...por si acaso, marchando un "Locked Door"



...y de propina, rien ne va plus!!!, atentos a la versión del "Wild Horses".



Pues eso, feliz semana a todos.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Transformer - Lou Reed (1972)



No conozco a nadie a quien Lou Reed deje indiferente: el mundo parece dividirse entre los que no le conocen, quienes le adoran y quienes le desprecian. Lou Reed es básicamente un tipo que no va a hacer nada por agradarnos, pero hace muchos años, en la prehistoria del siglo pasado, publicó un disco que le situó en el olimpo de los dioses.

Os estoy hablando de una vez en que Redd sin quererlo contribuyó al mito Huxleyano del mundo feliz. Os hablo del glam del Bowie de "Ziggy Stardust" exportado a la Nueva Cork del siglo pasado. Os hablo del mejor (y del más atípico, liviano y poppie) disco de Lou Reed y de uno de los discos que seguirán en la lista de “Los mejores XX discos de la historia” dentro de siglos.

Os hablo de Transformer, del Lou Reed que adoro, del Lou Reed que me piden mis hijos cuando vamos en coche desde que saben hablar (“ponme Lu Rí, papi...”).

Porque pongamos que el disco fuera un single con la cara B sin grabar y Perfect Day en la cara A, y que el disco fuera el único de Lou Reed y… sí, desde luego, me has leído el pensamiento, seguiría estando entre los mejores discos de las historia.

Y es que Perfect Day es una de las mejores canciones que se han escrito, y su letra unos de los quejidos melancólicos más inspirados en la biografía de Reed ("You made me forget myself / I thought I was someone else, someone good [Haces que me olvide de mí / Pensé que era otro, alguien bueno]")




Pero además están los riffs de Vicious, el trombón de Make Up, el Andy’s Chest y la canción que me piden mis hijos día sí, día también al subirse al coche, el Satellite Of Love.



Y, sí, también está el Walk On The Wild Side, esa canción que además de música es un himno y una crónica de una época y una biografía poco velada de varias de las estrellas de The Factory, el estudio neoyorquino de Andy Warhol.

Esa canción que hoy es ya un pedazo de la historia de la música.




Track List

1 Vicious - 2:58
2 Andy's Chest - 3:20
3 Perfect Day - 3:46
4 Hangin' Round - 3:35
5 Walk on the Wild Side - 4:15

6 Make Up - 3:00
7 Satellite of Love - 3:42
8 Wagon Wheel - 3:19
9 New York Telephone Conversation - 1:33
10 I'm So Free - 3:09
11 Goodnight Ladies - 4:21

Band

Vocal: Lou Reed
Vocal backings: David Bowie, Mick Ronson & The Thunder Thighs
Guitars: Lou Reed & Mick Ronson
Bass guitars: Klaus Voorman, Herbie Flowers
String bass: Herbie Flowers
Drums: John Halzey, Barry Desouza, Ritchie Dharma
Tuba: Herbie Flowers
Saxo: Ronnie Ross
Piano & recorders: Mick Ronson


Y si Transformer es un pedazo de la historia de la música, este poema que os regalo es también historia de la literatura, y justificaría por si sólo que todos los manuales de literatura universal dedicaran un capítulo entero a don Julio Cortázar.


ENCARGO (Julio Cortázar)

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante;
tállame como un sílex, desespérame.

Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.

No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.



Tremebundo, ¿verdad? --Buen fin de semana.

martes, 9 de septiembre de 2008

El último chute



Por fin. Un millón de besos.

domingo, 7 de septiembre de 2008

No quiero despertar

Últimamente me siento vivir en un sueño, y de vez en cuando miro a mi alrededor y me pregunto si el mundo real es tal; asumiendo que “real” quiera decir algo.

Recuerdo haber recitado con mi primo Javier los famosos versos de Calderón: “Sueña el rey que es rey, y vive / con este engaño mandando, / disponiendo y gobernando...". De esto debe hacer casi veinticinco años: pasábamos las calurosas noches del mes de agosto que pásabamos casi íntegro en casa de mis abuelos jugando al billar, escuchando música de Chopin y compartiendo la cajetilla de tabaco y la botella de whisky; y entre carambola y carambola nos escuchábamos mutuamente recitar desde La vida es sueño hasta La venganza de don Mendo.

Es exactamente eso a lo que me refiero, lo que tan precisamente describió Calderón hace casi 500 años:

Sueña el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que padece / su miseria y su pobreza; / sueña el que a medrar empieza, /sueña el que afana y pretende, / sueña el que agravia y ofende, / y en el mundo, en conclusión, / todos sueñan lo que son, / aunque ninguno lo entiende.

En una ilusión, en una sombra, en una ficción. En un sueño. En eso me siento vivir de un tiempo a este parte.

Eso explicaría muchas cosas, por ejemplo que se cumplan mis deseos a medida que los formulo- que yo sepa, eso solo pasa en los sueños o en los cuentos, y mi fase de vivir en un cuento ya quedó atrás.

Sea como fuere. Suena la voz la mezzo Angelika Kirchschlager canta el aria "Scherza infida in grembo al drudo" de la ópera Ariodante de Haendel. Este aria fue cantada en su estreno por el castrato Giovanni Battista Carestini, el rival de Farinelli en Londres, para quien Haendel escribió el Ariodante pero, en opinión, suena mejor en voz de mujer.



Que acabe bien el domingo y empiece mejor la semana.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Posos

Así tocaba György Cziffra a la edad de 13 años. Era 1934.



Cziffra había nacido nació en 1921 una familia de gitanos húngaros. Su padre tocaba en cabarés y restaurantes, y procuró muy pronto convertirlo en un "niño prodigio". A los nueve años ingresó en la Academia Franz Liszt de Budapest, y pronto realizaba sus primeras giras de conciertos. Los compositores que tocaba preferentemente eran, principalmente con motivo de su excelente técnica, Franz Liszt, Frédéric Chopin y Robert Schumann.

La primera versión de las polonesas de Chopin que recuerdo haber escuchado es la suya, grabada con el sello Philips. No la han remasterizado, así que conservo como una joya heredada el vinilo comprado por mis padres en 1966 previo desembolso de 300 pesetas: suma que imagino enorme, porque el precio consta escrito a mano junto a la fecha en el margen superior de la contraportada.

Recuerdo perfectamente la impresión que me producía el ritual mágico de poner un disco en el salón de casa: levantar la palanca del giradiscos, sujetar el disco por los cantos ("nunca pongas los dedos en los surcos"), cuadrar el disco y darle a la palanca hasta la posición "automatic" para ver como mágicamente se deslizaba el disco por el alma y luego se posaba milagrosamente la aguja en ese espacio diminuto previo a los microsurcos. Recuerdos, cosas que quedan.

Si queréis conocer las virtudes de este gran pianista, podéis acudir a un álbum publicado hace unos años por EMI bajo el título de "Les Introuvables de Cziffra", donde se recuperan sus grabaciones realizadas del 57 al 81.



Los críticos malvados le tachaban de "pianista de disco"; venían a decir que en directo perdía. Yo no llegué a escucharle, pero las grabaciones de sus conciertos vienen a confirmar que detrás de muchos críticas se esconde una frustración y que la envidia no es pecado privativo de ninguna nacionalidad. Para muestra un botón:



Pero no todo fueron vino y rosas en la vida de nuestro héroe de hoy. Con dieciocho años cumplidos, y con todas las puertas abiertas para ser un concertista internacional, estalló la segunda guerra mundial. Fue así movilizado y pasó cuatro años en el frente y un año más detenido en un campo como prisionero de guerra.

Acabada la guerra, se topó con el veto del nuevo dominador, y durante unos años tuvo que ganarse la vida como pianista de jazz en bares y clubes nocturnos. Su intento de escapar de una Hungría dominada por la Unión Soviética le llevó a pasar tres años en campos de trabajo (1950-1953).

Cuatro años en un campo de trabajo. Luego perdió a su único hijo en un accidente, sobreviviéndole una década. Recuerdo haber leído una entrevista en la que le preguntaba por el sentido de su vida, a lo que respondía algo así como que el sentido de su vida es la música, porque era lo único que le había quedado en demasiadas ocasiones.

En un par de ocasiones he tenido la sensación de la muerte inminente: la segunda de ellas, cerré los ojos y se activó la tecla del "play" de mi cerebro; no me acuerdo qué sonó, pero aquella música que debe estar con otras en las partes aparentemente anestesiadas de mi cerebro, me tranquilizó y me dió serenidad para cruzar la puerta que creía se abría ante mi. Como es de ver, resultó que no era mi día; pero a posteriori, siempre me ha asombrado esa reacción que tuve de...¿supervivencia?


Me gusta lo que dice su mirada en la foto que os he colgado; aunque no sé muy bien lo que es.



Huelga decir que a mi también me redime la música. Y todo aquello que nos sobrevive, esas cosas que quedan cuando ya no estamos aquí, esos posos que quedan en el fondo de la taza. Y la poesía, por ejemplo este poema de Salinas.

HORIZONTAL, SÍ, TE QUIERO

Horizontal, sí, te quiero.
Mírale la cara al cielo,
de la cara. Déjate ya
de fingir un equilibrio
donde lloramos tú y yo.
Ríndete
a la gran verdad final,
a lo que has de ser conmigo,
tendida ya, paralela,
en la muerte o en el beso.
Horizontal es la noche
en el mar, gran masa trémula
sobre la tierra acostada,
vencida sobre la playa.
El estar de pie, mentira:
sólo correr o tenderse.
Y lo que tú y yo queremos
y el día - ya tan cansado
de estar con su luz, derecho -
es que nos llegue, viviendo
y con temblor de morir,
en lo más alto del beso,
ese quedarse rendidos
por el amor más ingrávido,
al peso de ser de tierra,
materia, carne de vida.
En la noche y la trasnoche,
y el amor y el transamor,
ya cambiados
en horizontes finales,
tú y yo, de nosotros mismos.


Que tengáis un buen fin de semana.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Quién atardece junto a mi corazón helado?

Hoy he leido por primera vez poesía de Julio Llamazares. Le conocía por sus novelas, pero no sabía que hubiera escrito poesía. Ésta es de su “Memoria de la Nieve” de 1982; me parece portentosa.

30. ¿Qué espero aún de la espiral del tiempo...? (Julio Llamazares)

¿Qué espero aún de la espiral del tiempo, de esos cuernos epílogos
que suenan en los bosques?

¿Quién atardece junto a mi corazón helado?

Por el paisaje gris de mi memoria, cruzan arrieros sin retorno, pastores y alfareros
olvidados, bardos ahogados en el miedo lacustre de sus propias leyendas.

Solo estoy, en esta noche última, coronado de cierzo y flores muertas.

Solo estoy, en esta noche última, como un toro de nieve que brama a las estrellas.


Leo solo esta noche la referencia a la última noche en soledad del poema mientras suena el “Stabat Mater” de Pergolesi; es de ese tipo de música que apetece escuchar a la luz de una, como mucho dos velas. Y, como ocurre con el réquiem de Mozart, una obra escrita por encargo y compuesta en las últimas semanas de vida del autor -en el caso de Pergolesi, con veintiséis años de edad (¡!).



En la versión que os cuelgo, cantan Andreas Scholl y Barbara Bonney. Es diferente a las versiones que suelen circular, donde cantan dos mujeres – de éstas, me gusta especialmente el que tengo en casa, en versión de Mireia Freni y Teresa Berganza (a vuestra derecha). Si no lo tenéis, ya sabéis.



Si estáis en la cama, que soñéis con los angelitos. Y si no, también.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Hace tiempo y frío

Se puede dudar de los sueños. Se puede dudar de la existencia del cielo, o del infierno, o de Dios. Pero no se puede dudar de que nadie ha escrito en nuestro idioma como Cortázar. Nadie lo ha girado y regirado, y doblado y vuelto a doblar, para desdoblarlo del revés y reinventarlo, y de paso la literatura española y universal. Quizás por eso despreciaba don Julio al lector pasivo, al que empieza las novelas por el final o corre hasta llegar a esa última página. Para muestra, un botón.

POEMA (Julio Cortázar)

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.


Leo despacio y releo y despacio me emborracho leyendo; y leo de nuevo, ahora menos despacio, y cada vez suena diferente, "busco tu suma", "esa línea que hace temblar a un hombre" , "te arranco con delicadeza de cicatriz", "toda la mañana es la pizarra" y ese final demoledor: "hace tiempo y frío".

Y tampoco admite discusión que nadie ha cantado el aria “Casta Diva” de la ópera Norma de Bellini como la Callas. La historia es más o menos así: estamos en la Galia, durante la época de la ocupación romana, alrededor del año 50 A.C. Norma es la hija del jefe del pueblo y una gran sacerdotisa druida. Su amante, que le ha dado dos hijos, le dice que ahora ama a una joven virgen del templo.

En la escena, Norma corta una rama del muérdago sagrado y dirige su plegaria a la Luna: "Casta diva", acompañada por Oroveso y el pueblo. En un aparte, expresa el amor que sigue sintiendo por Pollione. Después, la escena queda vacía.



Sin discusión.

Que tengáis un buen principio de semana.