viernes, 28 de noviembre de 2008

Con el tiempo...

Hoy el jefe me ha hecho llegar unos párrafos de Borges que me han encantado, dicen así:

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma,que los besos no son contratos y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de quererte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios, multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido, ya es tarde, nunca dejes que algo te sea demasiado tarde.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...


Al hilo del paso del tiempo, aprovecho para rectificar (o al menos matizar) una opinión musical. Decía el 1 de septiembre que nadie ha cantado el aria Casta Diva como la Callas - después de escuchar la grabación que os cuelgo, y para no cambiarle a la Callas la medalla de oro por una de plata (que siempre es feo), voy a otorgarle a la Caballé una segunda medalla de oro ex aequo.





Que tengáis un buen fin de semana.

martes, 25 de noviembre de 2008

25 de noviembre: Día internacional contra la violencia machista




Hoy hay música pero no hay poesía. Y una reflexión que es un ruego y también un lema: si te maltratan, denuncia.




Cobardes. Cabrones. Hijos de puta.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Aquí (tu sueño era mi sueño)

Suenan Ali Farka Toure y Ry Cooder, le tengo mucho cariño a este disco y en especial a esta canción.




Y también a este poema.

AQUÍ - Pedro Salinas

Aquí
en esta orilla blanca
del lecho donde duermes
estoy al borde mismo
de tu sueño. Si diera
un paso más, caería
en sus ondas, rompiéndolo
como un cristal. Me sube
el calor de tu sueño
hasta el rostro. Tu hálito
te mide la andadura
del soñar: va despacio.
Un soplo alterno, leve
me entrega ese tesoro
exactamente: el ritmo
de tu vivir soñando.
Miro. Veo la estofa
de que está hecho tu sueño.
La tienes sobre el cuerpo
como coraza ingrávida.
Te cerca de respeto.
A tu virgen te vuelves
toda entera, desnuda,
cuando te vas al sueño.
En la orilla se paran
las ansias y los besos:
esperan, ya sin prisa,
a que abriendo los ojos
renuncies a tu ser
invulnerable. Busco
tu sueño. Con mi alma
doblada sobre ti
las miradas recorren,
traslúcida, tu carne
y apartan dulcemente
las señas corporales,
para ver si hallan detrás
las formas de tu sueño.
No la encuentran. Y entonces
pienso en tu sueño. Quiero
descifrarlo. Las cifras
no sirven, no es secreto.
Es sueño y no misterio.
Y de pronto, en el alto
silencio de la noche,
un soñar mío empieza
al borde de tu cuerpo;
en él el tuyo siento.
Tú dormida, yo en vela,
hacíamos lo mismo.
No había que buscar:
tu sueño era mi sueño.



Que tengáis una buena semana

sábado, 22 de noviembre de 2008

Emociones - Memento

Suena, triste, el clarinete. Piel erizada, de gallina pero a lo bestia.

Violetta pronuncia esa (sí, esa) frase: "Lo vedi?, ti sorrido". El esperado nudo en la garganta, que se hace grande hacia abajo. Baja. Llega al esófago, y luego invade las tripas.

La vista se va nublando, las lágrimas asoman y no te resistes. El duetto va in crescendo. Notas algo en la cabeza, como la primera vez que acaricias un pecho. Y cuando Violetta estalla con el “Amami Alfredo”, lloras y te estremeces, porque sabes lo que es la felicidad y también que hay algo inmortal en tí: vamos, que no eres sólo carne y hueso. Y se te encoge el alma entera. Mientras la vista se nubla, ya, definitivamente.




Otra gran, imprescindible poesía de mi nuevo “descubrimiento” que no acepta demasiados comentarios.

MEMENTO – José Sologuren

Los que caímos más de siete veces
y aun en cada paso,
y, sin embargo, no somos los caídos;
sentimos un extraño dolor por los caídos;
nosotros, tú y yo, los que caemos,
con profunda unción de hijo a padre
encendemos de vida a los caídos:
la vida enajenada en las batallas,
en la turbia agonía de los tiempos;
esa vida que anida en el recuerdo
de los que son, de los que fueron, los caídos.

De "Bajo los ojos del amor" 1950


Que tengáis un buen fin de semana.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Himnos

Ignacio me envía desde Chicago este poema del poeta favorito de mi hermana favorita. Es un auténtico himno a la vida que suscribo letra a letra. Gracias, Ignacio.

¿Por qué cantamos? - Mario Benedetti

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos

Si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos

Si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por que cantamos

Cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río, suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.


Suena otro himno, es el "Nessun Dorma", de la opera Turandot de Puccini - en la voz del mejor Pavarotti, el de 1980. Rien ne va plus.




Que tengáis un buen día.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Descubriendo

Al llamado descubrimiento de América se le reprochan varias cosas, quizás la menos discutible tiene que ver con la palabra "descubrimiento".

Hoy he descubierto un enorme poeta americano que falleció en su Lima natal hace ya cuatro años. Su poesía me ha deslumbrado por la luminosidad y transparencia de su lenguaje, y la sutileza y la intensidad de su lirismo. A modo de ejemplo, este poema dedicado a su hija.

EL PASO DE LOS AÑOS - Javier Sologuren

(para mi hija Viveka)

porque cogí la mariposa
no en el jardín
sino en el sueño
porque en mi almohada
oí cantar al río
al crepúsculo orar
porque el cielo breve
de la flor
me llevó lejos
porque el niño aún
(que fui que a veces soy)
despierta y ve
la mariposa
volar en el jardín
que ya no sueño.


Seguiré investigando en la obra de este gran escritor.

Suena Mary Gauthier, me encanta esta mujer - otro día os hablo de ella.




Que tengáis un buen día.

lunes, 17 de noviembre de 2008

So What

Decía Martha Argerich en una entrevista que publicaba ayer El País que de sus tres chelistas favoritos, dos estaban muertos. En la misma línea, alguien dijo que para leer muchos libros, había que comprar pocos.

Con la música pasa lo mismo, y por pura estadística, pasarán muchos siglos hasta que dos estrellas del jazz toquen juntos a la manera de Miles Davis y John Coltrane en esta grabación.



Y muchos más hasta que Cortázar se reencarne y descubra que es Cortázar reencarnado.


ESTA TERNURA - Julio Cortázar

Esta ternura y estas manos libres,
¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz
para la zorra, y en medio del llamado
la ansiedad de esa puerta abierta para nadie.

Hicimos pan tan blanco
para bocas ya muertas que aceptaban
solamente una luna de colmillo, el té
frío de la vela la alba.

Tocamos instrumentos para la ciega cólera
de sombras y sombreros olvidados. Nos quedamos
con los presentes ordenados en una mesa inútil,
y fue preciso beber la sidra caliente
en la vergüenza de la medianoche.

Entonces, ¿nadie quiere esto, nadie?



Que tengáis una buena semana. Me pregunto cuántas entradas más podré llenar con música y poesía como las de hoy.

sábado, 15 de noviembre de 2008

La desnudez del alma

¿Qué hace de algunas frases más o menos rimadas verdadera poesía? ¿Qué hace de unos párrafos más o menos ordenados verdadera literatura? A menudo me lo he preguntado, y aunque no tengo la respuesta, intuyo que fundamentalmente tiene que ver con la honestidad del escribiente, o sea con su sinceridad. Porque cuando un escritor no es honesto consigo mismo, y se miente, y nos miente a sus lectores, escribe frases más o menos rimadas y aparentes, que no son mas que eso; pero cuando escribe lo que siente, cuando comparte sus emociones y sentimientos, mostrándonos con sinceridad una parte de su alma, entonces escribe lo que percibimos como poesía o en sentido más amplio como literatura. Porque percibimos el alma del poeta a través de sus versos que leemos en voz baja y así hacemos nuestros.

Hoy ha caído en mis manos esta gran poesía.

LA LUNA – Jorge Luis Borges

(A María Kodama)

Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.



Increíble, ¿verdad?

Y hablando de sinceridad, suena el cuarto movimiento (Adagio lamentoso) de la Sexta Sinfonía de Tchaikowski. Al frente de la NHK Symphony Orchestra, Charles Dutoit.




La obra es conocida desde que fue así bautizada por su hermano como la "Patética". Cuentan las crónicas que la composición de esta obra hizo derramar muchas lágrimas al autor por cuanto sentía la necesidad de escribir su «obra más sincera» a modo de testamento vital, y ello incluía abordar musicalmente sus sentimientos de su inconfesada homosexualidad desde un ángulo no exclusivamente dependiente de su estado depresivo: y así fue, porque lo intuyera o no, fue la última que escribió.

Tchaikowski dijo de esta obra: “La quiero como no he querido nunca a ninguna de mis partituras… No exagero, toda mi alma está desnuda en esta sinfonía”.

Por coherencia, la sinfonía no acabaría con el habitual allegro, sino con un lento y triste adagio. En una de sus últimas cartas, afirmaba que la música estaba impregnada de un sentimiento que hacía pensar en un réquiem - fuera o no un presentimiento, el músico murió nueve días después de ser estrenada: dicho sea de paso, sin demasiado éxito.

El final del movimiento es probablemente el mejor final de sinfonía que se ha escrito jamás.

Con ello os dejo. Que tengáis un buen fin de semana.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Martha Argerich y Mischa Maisky, Palau de la Música Catalana (11 de noviembre)



Segundo concierto del ciclo Ibercamera. La cosa promete, tocan Martha Argerich y Mischa Maisky. Entramos en el Palau a las ocho y veinte, con más de media hora de antelación. Buen comienzo.

No había escuchado nunca a la Argerich en directo, pero escucho sus discos desde que tengo uso de memoria. No es mi pianista favorita, pero no se puede negar que es un auténtico icono y una pianista dotada de una energía y una sensibilidad musical incendiarias. La Argerich ya hace muchos años que renunció a protagonizar recitales en solitario, prefiriendo compartir el escenario con otros músicos en una sesión de cámara o en un concierto con orquesta.

A Mischa Maisky no le conozco tanto, aunque su biografía impresiona: alumno de Mstislav Rostropóvich, con apenas 18 años ganó en Moscú el codiciado premio Tchaikovski, con lo que su ascenso internacional parecía imparable. Pero al negarse a hacer el servicio militar, su vida en la antigua URSS se convirtió en un calvario: pasó cuatro meses en prisión, 14 en un campo de trabajo y otros dos en un hospital psiquiátrico. Al salir, le dejaron emigrar a Israel, donde se rehizo como persona y como músico. En una ocasión dijo: "Desde entonces soy el violonchelista con más suerte de todo el planeta y un privilegiado, porque he podido aprender y actuar con músicos a los que admiro profundamente y compartir en libertad la emoción de la música con el público".

Y eso es exactamente lo que hicieron estos dos grandísimos músicos con los que allí estábamos: compartir su emoción por la música, su intuición y sus sentimientos.

El concierto empezó con las 7 variaciones sobre el duo "A los hombres que sienten amor" de Beethoven. Tocaron bien, paulatinamente mejor, juntos (más al final) pero por separado en toda la obra.

Tras la primera tanda de aplausos, cálidos y generosos, abordaron la Sonata para cello y piano op. 36 de Grieg. Y conforme se adentraban en la pieza, se fue produciendo el milagro; dejaron de tocar como dos músicos y empezaron a hacerlo como uno. A partir de una increíble técnica individual (que se les presume), interpretaron la pieza paulatinamente ensamblados, como dos amantes que paulatinamente se abandonan a sus sentimientos, olvidando quién es quién a partir de un momento dado que nadie sabría luego decir cuál fue para buscar la inspiración en el corazón de la música. Para hacer lo que muy pocos músicos saben, porque muy pocos pueden; porque no es algo que se enseñe, sino que es algo que se encuentra en la música cuando a fuerza de tocar y de tocar una pieza, ésta deja de ser de la persona que la compuso hace años, décadas o siglos para ser tuya, porque es parte de tí. Es entonces cuando el músico llega al alma de la música. Ars longa, vita brevis.

Más o menos así:






Luego vinieron Messiaen y Shostakovich. Del primero, la Louange à l'éternité de Jésus, escrita y estrenada en el campo de concentración de Görlitz en 1941. Pieza muy dura, en la que quizás por el descanso algo prolongado tras la sonata de Grieg, se mostraron poco conjuntados hasta casi el final.

Del segundo, la impresionante Sonata en re menor para cello y piano op. 40. A priori densa, mágica, dura a ratos y difícil de hilvanar. En manos de estos dos genios, música con mayúsculas. En especial, Maisky estuvo brillante en los matices y dulce en los finales.

Al final, la locura. La mitad del Palau puesta en pie y aplaudiendo como en las muy grandes ocasiones, mientras decenas de insensatos se retiraban - perdiéndose así las más asequibles pero igualmente increíbles interpretaciones que hicieron de Chopin y de Schumann. Igualmente maravillosos los dos bises con que nos obsequiaron.

Aplausos y más aplausos. Piel de gallina, sentimientos a flor de piel y sensación de felicidad. Ayer vimos cómo dos músicos excepcionales llegaban al alma de la música, compartiendo sus emociones con todos nosotros.

Bravo. Chapeau. Bravo de nuevo. Y gracias; por encima de todo, gracias a los dos. A vuestros pies.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El templo de la cúpula de oro



Hoy, una de las mejores colaboradoras (tanto a nivel profesional como a nivel personal) que he tenido nunca me ha contado que se va a aplicar en propia carne lo de 'año nuevo, vida nueva': deja el despacho y se va a Nueva Delhi a trabajar con los hambrientos y los sin techo. Le he dicho lo que pienso, y es que me alegro mucho por ella. Hubo un tiempo en que pensé en hacer lo propio; razones diversas –fundamentalmente mi propia cobardía- hicieron que no diera el paso. Ella lo da, y yo me alegro por ella y también por la gente que la conocerá allí.

Me gusta un relato de Tagore que lleva por título “El templo”, dice así:

"Señor", dijo el cortesano a su rey-, "Norottam, el santo, jamás se ha dignado entrar en el recinto de tu glorioso templo."
"Canta las alabanzas de Dios bajo los brazos abiertos de los árboles a la orilla del camino principal. Y el templo permanece vacío."
"En torno a él se agitan hombres, mujeres y niños, como las abejas que desdeñan el cuenco de oro lleno de miel y vuelan alrededor del loto blanco."

El rey, herido en el centro de su corazón, se fue adonde estaba Norottam sentado sobre la hierba. Y le preguntó: "Padre, ¿por qué abandonas mi templo, el de la cúpula de oro, y te sientas fuera, en el polvo, para predicar el amor de Dios?
-"Porque Dios no está en tu templo" -dijo Norottam.

El rey, frunciendo el ceño, respondió:
-¿Sabes que muchos millones de oro fueron gastados por mi magnificencia para levantar esta bordada maravilla del arte que fue consagrada a Dios con suntuosas e inolvidables ceremonias?"

-"Lo recuerdo -contestó Norattam-; fue precisamente en el año en que millares de personas, con sus casas y sus campos incendiados, en vano clamaban socorro a tu puerta." Y Dios pensó: "Esta vil criatura que no puede brindar socorro a sus hermanos, me construye una morada! Y se fue con los hambrientos y los sin techo bajo los brazos abiertos de los árboles, a la orilla de los caminos.
"Y esa dorada pompa de jabón está vacía. Sólo habita allí el orgullo humeante del incienso.

El rey gritó encolerizado:
-"Sal de mi país."

Tranquilamente el santo replicó:
-"Bien, destiérrame de donde ya has desterrado a tu Dios."

Y partió por el ancho camino polvoriento entre los pobres que le tendían sus brazos.



Dejar las tierras que han desterrado al Dios de Tagore. A veces pienso que es lo que deberíamos hacer todos, al menos durante un tiempo, en vez de empeñarnos en sobrevivir entre zombis, fantasmas y otras modalidades de seres egoístas que nos rodean y que han olvidado lo que significa la palabra “dar” de tanto acumular cosas y educar a nuestros hijos para sobrevivir a tan espantosa jungla.

Hoy no hablo de las “pequeñas cosas” de las que hablaba en el último post, sino simplemente de "cosas" que se pueden comprar y vender con sólo tener dinero, cosas de usar, cosas de regalar y cosas de tirar, cosas que nos dicen valen más que las personas porque convierten en "alguien" a las personas en esta especie de segundo ocaso del imperio romano que vivimos, rodeado de fanáticos del becerro de oro gobernados por hombres del Cadillac que juegan con nuestras vidas con el único fin de engordar al becerro --Menos mal que no lo consiguen, aunque a menudo están demasiado cerca de ello.

Ya más reposado, sé (porque me lo dicen la razón y el sentimiento, extrañamente aunados) que no es el momento, me refiero a mi momento de hacer algo similar. A lo mejor lo es mañana, a lo mejor no lo es nunca. Inshalah.

En la grabación, el gran David Oistrach interpreta al violín el “Claro de Luna” de Claude Debussy.



Ya tenemos los visados. Aterrizaremos en el aeropuerto internacional Indira Gandhi a estas horas dentro de un mes. Si todo viaje es una pequeña vida dentro de la vida, con su propio nacimiento, su propia vida y su fin, este viaje hace ya muchos meses que está en estado de gestación. Y me pasa lo que a las embarazadas en el octavo mes; que me cuesta esperar. La foto está tomada en Jaipur, hace ya 10 meses.

Que te vaya muy bien, Laia; y que tengamos noticias de ti.

A los demás, que tengáis una buena semana.

viernes, 7 de noviembre de 2008

La felicidad de las "pequeñas cosas"

He recibido desde Utopía (hipervinculado, a la derecha) un “meme”. La cosa en cuestión tiene 5 reglas, a saber:

Primera, Enlazar a la persona que nos invita.
Hecho.

Segunda, enumerar seis “pequeñas cosas” que nos hagan felices.
Voy pensando.

Tercera, hacer constar las reglas.
En ello estoy.

Cuarta, elegir a seis personas que continúen con el “meme”.
Hecho, aunque son menos de seis. Son Toni, San Free Bird, Il Cavaliere y Princesa Inca, y están hipervinculados a la derecha. Espero que no se enfaden.

Quinta, avisarles con un comentario en su blog.
Hecho.

Hace mucho tiempo leí un libro que habla de esto. El Dios de las Pequeñas Cosas es una novela de la escritora india Arundhati Roy que nos habla sobre historias de amor imposibles, de dos gemelos (Rahel y Estha) y sus vidas, que se separan para volver a cruzarse de nuevo tras 20 años; de las "Cosas Peores" que (les) suceden entonces y de su proyección hasta el presente. Y también de las cosas que les hacían volver a respirar, las otras, las "Pequeñas Cosas".

Hay una frase en el libro que resume todas sus páginas, dice así:

“Las Grandes Cosas siempre se quedaban dentro. No tenían adónde ir. No tenían nada, ningún futuro. Así que se aferraron a las Pequeñas Cosas.”

Y así es. Con el tiempo, te das cuenta que la felicidad no depende de esas (pocas) "grandes cosas” o “grandes momentos”, sino de esas “pequeñas cosas” que quieres que ocurran (casi) todos los días.

Así que hablar de “pequeñas cosas” es hablar de felicidad, y hablar de mis seis “pequeñas cosas” es hablaros de mi felicidad. Esto es, lo que me hace sentir y recordar que no soy un producto etiquetado puesto en una estantería, sino un ente con vida y sentimientos. Son todas aquellas (grandes o pequeñas) "cosas" que necesito para vivir; o sea, de lo que suelo hablar en este blog: La Música. La Poesía. Los Niños. Comprobar que la temperatura de mi sangre no baja de un cierto nivel. Llorar de Emoción. Mis Seres Queridos. etc. etc.

Pero intuyo que el "meme" exige algo más de concreción, así que -con un margen de error razonable y omitiendo algunas por prudencia- voy a enumerar mi particular Top-6 de “pequeñas cosas” que me han hecho muuuuuuy feliz en los últimos seis meses (por orden cronológico, no necesariamente equivalente a ningún otro orden):

1. Abril. Escuchar a Maurizio Pollini interpretar la Balada número 1 de Chopin en el Palau de la Música. Llorar al hacerlo. Hacer todo lo anterior cogido de la mano de la mujer que quiero.

2. Junio. Darle al botón “publicar entrada” tras escribir la primera entrada de este blog. Unos días más tarde, estar (de nuevo) ante mi cuadro favorito, el que véis a la derecha.

3. Julio. Ir a ver al Boss con mi principito de siete años

4. Agosto. Despertarme el primero y sin sueño en el parrocho de la huerta y esperar a que se despierten mis príncipes sin más sonido de fondo que las campanas de la iglesia, las ovejas que pacen y el agua del regato.

5. Agosto. El primer chapuzón del día en las aguas de Menorca. El café y la ensaimada que seguían al baño. La música que sonaba de fondo.

6. Casi todos los días de casi cualquiera de los meses anteriores : Despertar a los niños por la mañana y llevarles al cole. Constatar (con licencia de la reina y del poeta) que sigo teniendo hambre de su boca, de su voz y de su risa. Pasear por un bosque. El helado de chocolate belga de Haagen Dazs. La luz y el sonido de las chimeneas. Sentarme en la arena a escuchar el sonido de las olas. Los árboles frondosos. Las sábanas de hilo recién planchadas. Las flores. Viajar. Mis libros. Mis discos. Los cuadros de Vermeer.


Ha quedado algo tramposo, pero como es mi blog la frontera entre lo democrático y lo autárquico es muy difusa.

Os dejo con el aria “Thy Hand, Belinda”, de la opera Dido and Aeneas de Henry Purcell, en la versión de Jessye Norman. Fue lo mejor del primer concierto de la XXV Temporada Ibercamera, ayer hace una semana.




Y con una frase, al hilo de lo que hablábamos:

“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”
Pablo Neruda (1904-1973)


Que tengáis un buen fin de semana.