Me ha costado casi media vida, pero me ha ocurrido. Visto con la adecuada perspectiva, me doy cuenta de que es un maravilloso milagro. Hace unos años no hubiera yo apostado un duro por ello, pero claro está, no estamos hablando de querer en el sentido volitivo, sino en el de saber que quieres. Que quieres pasear por la vida de la mano de alguien, y compartir tu vida con ese alguien y sólo con ese alguien.
Ya digo, un milagro - casi cuarenta años he tardado en aprender que Sabina tiene razón: el amor, cuando no muere mata.
Hoy hace diez años. Canto esa canción que tanto odiabas, y que sigo suscribiendo palabra a palabra porque es un himno, una declaración y la única condición que (me) impongo - porque he recuperado el volante y sé que quiero vivir mi vida, y de qué manera y, desde luego, con quién.
Contigo. Si (me) quieres. Aquí estoy.
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viernes, 19 de diciembre de 2008
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