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lunes, 30 de agosto de 2010

Resiliencia

Hace veinticinco años iba para ingeniero de caminos. Como mi padre, como mi abuelo, como mi tío, como mi hermano. Una tarde, tomando unas cañas, el hermano pequeño de mi madre me dijo que era gilipollas. Me dijo que con el mismo esfuerzo podía ser notario, con la diferencia que pringaría mucho menos y ganaría mucho más. Llegué a casa y anuncié solemnemente a mis padres el cambio de orientación universitaria. Yo creo que mi padre todavía no me lo ha perdonado.

Hace veintitres años, empecé a estudiar el temario de notario en segundo de Derecho, y enseguida me di cuenta de que lo de opositar no era lo mío. Me llevé conmigo tres dieces en los exámenes trimestrales de Derecho Civil II. Volví a anunciar en casa el cambio de orientación universitaria. Mi pobre padre no sabía qué decir: notario, bueno, pero abogado a palo seco...

Hace veintiun años, vi en el cine la película Wall Street, y decidí que quería ser como el prota de la peli, Gordon Gekko. Rico. Con tirantes y un teléfono móvil del tamaño de un chorizo de jabalí. Con un apartamento que te cagas, chatis a voluntad y el mundo a mis pies. Me informé y me dijeron que había que hacer una cosa que se llamaba MBA, y que el mejor sitio estaba en mi ciudad, Barcelona. Volví a anunciar en casa el cambio de orientación universitaria. Mi pobre padre ya no se creía nada, pero al tener un master en esa honorable institución me acompañó a verlos y me hicieron un examen. Yo estaba en cuarto de carrera, y me dijeron que cuando acabara la carrera podía hacer el famoso MBA. Luego, suponía yo, venía la pasta y las titis, y el buen vino y el sushi (que no había probado) y el caviar (tampoco).

Hace veinte años, paseaba yo por la Facultad y me encontré ante un cartel que decía: ¿Quieres estudiar en el extranjero? Si sabes idiomas y tienes un buen expediente, pide una beca Erasmus. La pedí y me la dieron, así que fui a casa y les dije a mis sufridos padres que si les parecía bien sufragarme el capricho (porque la beca daba para bocatas de pan y poco más), me iría a estudiar un semestre al extranjero.

Hace diecinueve años, tras un semestre en el extranjero, decidí que el mundo exterior me molaba más que el interior, así que - acabada la carrera - me quedé un año más en las Bélgicas. Al cabo de unos meses, tenía novia y una oferta de trabajo en Bruselas de un profesor que a la vez era un importante abogado, con un sueldo increíble para la época y la persona.

Ese mismo año, pero unos meses más tarde, una importante profesora de Barcelona me dijo que tenía que venir a Barcelona para formar parte de su cátedra y así formar parte de la élite intelectual de mi pequeño país. Ja. Le dije que gracias pero que yo no me veía de profe, que había tenido algún altercado con alguna de sus colegas y que mejor que buscara a alguien más adecuado. Me volvió a llamar y entonces decidí que no podía decirle que no. Al fin y al cabo - pensé - si al cabo de una temporada se confirma que no es lo tuyo, pues te vuelves a las Bélgicas; yo, que muy muy tonto no era (y todavía no soy), medio apalabrado lo había con el oferente profesor-abogado.

Hace casi trece años me casé como profesor universitario.

Hace algo más de doce años me convertí en abogado. La profesora importante me lo perdonó al cabo del tiempo. Mis pobres padres hacía tiempo que no opinaban.

Hace quince días le comentaba a un amigo que casi a diario me preguntaba qué coño hago con mi vida. Más que qué, la pregunta es por qué. Le contaba que cuando llego a casa y veo a mis dos príncipes durmiendo, me digo: ya me acuerdo.

Hace cuatro días me preguntaba mi reina si durante las vacaciones había decidido qué hacer con mi vida. La respuesta fue muy obvia: seguir.

Hoy me he acercado a una de mis tiendas de discos. La chica de la caja me ha preguntado si ya estaba de vuelta al curro; me he cogido la solapa de la americana (segundo día de traje, tras casi un mes) y le he dicho: ya ves. Ella me ha respondido que tampoco era para tanto, que la camisa me quedaba bien con la americana, y que en cualquier caso mejor eso que vestir de cajero del Carrefour o de basurero.

Todos tenemos razón. Se llama resiliencia.

Suena la chacona BWV 1004 de Bach, maravillosamente interpretada por Hillary Hahn, de la que Brahms dijo lo siguiente: "...es en mi opinión una de las más maravillosas y misteriosas obras de la historia de la música. Adaptando la técnica a un pequeño instrumento, un hombre describe un completo mundo con los pensamientos más profundos y los sentimientos más poderosos. Si yo pudiese imaginarme a mí mismo escribiendo, o incluso concibiendo tal obra, estoy seguro de que la excitación extrema y la tensión emocional me volverían loco."





Como dijo Homer Simpson, los vampiros no existen, son seres imaginarios como los duendes o los esquimales.

Que tengáis un buen día.

domingo, 8 de agosto de 2010

Quince días (hasta pronto)

Quizás la felicidad absoluta no es posible a partir de cierta edad, quizás ni eso. Nunca me he sentido como ahora - no sé si tengo la cabeza demasiada llena o demasiado vacía: en cualquiera de las hipótesis, me voy a conceder quince días.



Durante quince días, estaré justo enfrente de lo que se ve en la foto. Allí intentaré reconstruirme a partir de mis seres queridos, para darles cuanto soy, para rendirme cada día a sus pies.

Durante quince días, volveré a escuchar las palabras que me quieran traer la tramontana, la lluvia y el mar.

Durante quince días, volveré a soñar que sueño, e intentaré recordar quién soy.

Durante quince días, volveré a observar cómo me observan las estrellas de día y de noche.

Durante quince días, intentaré acordarme del nombre de los silencios, y de los espacios.

Quince días para decidir si merece la pena.


Os dejo con una poesía que habría podido escribir ayer, de saber escribir poesía.

LA MANO – Leopoldo de Luis

Toca mi mano. Apenas es un guante
para el amor y la desesperanza,
apenas en las cosas se afianza,
apenas palpa todo un breve instante.

Toca en mi mano esta sombría tela
para el ansia de asir tanta derrota,
apenas es una tenaza rota,
apenas una rosa que se hiela.

Toca mi mano enjuta de aire triste.
Por las llaves del tiempo aún se desliza
con ademán ansioso de herramienta.

Apenas es ya fragua que resiste
y debajo del guante de ceniza
oculta el hueso su amarilla afrenta.



Os dejo con la música que habría escrito ayer, de saber escribir música.





Hasta pronto. O hasta nunca: ya veremos.

domingo, 25 de julio de 2010

Una sola puerta (siempre bien, al revés)

Música clásica de la buena, con poesía incrustada. Gozo en estado puro.





Que tengáis un buen día.

jueves, 22 de julio de 2010

martes, 20 de julio de 2010

Delicada y sangrienta vida mía

Días difíciles, se mezcla todo. El calor sofocante no ayuda. El cansancio acumulado, tampoco. Necesito aire, así que me voy a regalar a Claudio Abbado en su mejor momento al frente de la London Symphony Orchestra y de de ni más ni menos que de Jessye Norman (mezzo), Margaret Price (soprano), Josep Carreras (tenor) y Ruggero Raimondi (bajo), interpretando el "Offertorio" del Requiem de Verdi:



Subid el volumen sin miedo, cerrad los ojos e imaginad que estáis ahí, y flotad.

Y de acompañamiento, poesía de la buena: qué bien escribe este hombre.

ELLA - Antonio Gala

Bebió en tu boca el tiempo enamorado
y la cuajó con besos de paloma.
Casto tu cuello, sobre el oro asoma
tan sólo por el oro acariciado.

Lunado el pelo, el corazón lunado,
rubor apenas por el aire aroma.
Amapola ritual tu torso toma
y te aparta del mar verde azulado.

Tu mirada de miel, marisma ardiente,
la luz antigua con las luces nuevas
-recién despierta y ya cansada- alía.

Te duele la victoria, y dócilmente
a cuestas tu destino de amor llevas,
delicada y sangrienta vida mía.



Que tengáis un buen día.

viernes, 16 de julio de 2010

Solamente

Hoy os regalo una poesía maravillosa de una autora argentina poco conocida por estos lares. Son versos que recuerdan a los poetas malditos franceses, palabras encadenadas que nos hablan de muerte, de vida y de qué es la poesía.

Solamente el último verso ("...nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?") justificaría su inclusión en una antología - tremendo el salto de esa a esta, y el adverbio solamente.


CON ESTA BOCA, EN ESTE MUNDO - Olga Orozco

No te pronunciaré jamás, verbo sagrado,
aunque me tiña las encías de color azul,
aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro,
aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas
y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos.

Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma,
ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara,
y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral,
ni memoria que venga de otro cielo para encarnar en esta dura nieve
donde sólo se inscribe el roce de la rama y el quejido del viento.

Y ni un solo temblor que haga sobresaltar las mudas piedras.
Hemos hablado demasiado del silencio,
lo hemos condecorado lo mismo que a un vigía en el arco final,
como si en él yaciera el esplendor después de la caída,
el triunfo del vocablo con la lengua cortada.

¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo!
He dicho ya lo amado y lo perdido,
trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder.
A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía,
retumban, se propagan como el trueno
unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad.

Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía.
Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca,
cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?



De acompañamiento, música de todos los viernes por la noche para empezar cada fin de semana - muchos años ha, cuando el depósito estaba casi lleno.





Que tengáis un buen día.

martes, 13 de julio de 2010

Llorando (entre el rey y la reina de espadas)





Tremendo el cover que se marca Patti Smith de la mejor canción de Bob Dylan - que por cierto, no tiene a bien cantar en directo desde la gira del disco hace ya muuuuuchos años -, y tremenda canción por lo que dice y por el cómo (Gentlemen, he said,/ I don't need your organization, I've shined your shoes,/ I've moved your mountains and marked your cards / ... so either brace yourself for elimination / Or else your hearts must have the courage for the changing of the guards....). Se me caen las lágrimas solamente con el video, si llego a estar allí supongo que habría levitado en el sentido más literal del término.


Que tengáis un buen día.

lunes, 18 de agosto de 2008

Bella

Hoy la mujer a quien venero cumple años. Hace más de trece, cuando empezábamos a conocernos, le prometí un Reino y le regalé una canción. Estamos en lo del Reino.

La canción suena a continuación -es suya, no la regala ni la presta; como las cuatro o cinco cosas que más siente como propias, esas que se han integrado en su persona.



Mientras canta Bette Midler, casi voy a dejar que siga hablando Pablo Neruda, que supo hace años decir con palabras lo que yo sólo sé decir de otras maneras.

BELLA (Pablo Neruda)

Bella,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.

…()…

Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.

…()…

Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.

Bella,
No hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.

Bella, mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas,
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
eres mía, mi bella,
siempre.


Feliz cumpleaños, mi bella. Mil años más para quererte, es todo lo que pido.

jueves, 14 de agosto de 2008

Las nueve y cuarto




(Viene a nuestra cama. Se apoya en mi hombro, los primeros rayos de sol se filtran por la ventana, sonríe y entreduerme -el tiempo se para)

Como la luz
Como el hambre
Como el agua

Rápida
Lista
Clara

Así es mi princesa. Me recuerda tanto a
su padre; ésta no tiene miedo a vivir,
tiene hambre de vida.

Y se la comerá a grandes bocados, y
buscará sin encontrar, y
llorará más que muchos
para gozar como pocos,
porque vivirá como piensa – sin pensar como ha vivido.

Porque nació con un defecto congénito:
creerse capaz de todo;
como todas las almas libres.

Y mientras yo viva no le faltarán flores
ni poesía,
ni música,
ni, desde luego, mi hombro.

Nada de lo anterior te faltará mientras yo viva, princesa.

martes, 12 de agosto de 2008

Yendo a por moras




Te voy a contar algo: día más, día menos, hace hoy ocho años
supe, supimos, bajo un castaño como éste, muy cercano a éste
que vendrías a este mundo.

Hoy me das la mano y me miras,
no eres hombre de palabras;
hoy no te hacen falta.

Tus ojos pronuncian muy nítidamente
cinco palabras:

papá,
tengo
miedo
a
vivir.

viernes, 8 de agosto de 2008

Colores


Veo el día de ayer,
blanco
de dientes de leche,
miradas de ángel
y pompas de jabón en la bañera.

En la penumbra de la mañana siento (casi toco) mi,
su,
nuestra
felicidad,
y el silencio;
es un silencio verde.

Pasa rápido el miedo
a que sea un sueño,
uno de esos
que se acaban
cuando sale el sol, por la mañana.

Pero no. Ya es de día,
y el sueño no es de esos;
sé que dentro de poco
les oiré
primero, y luego volveré a ver
sus dientes de leche.

Hasta entonces no estoy para nadie,
ni siquiera para mí.
Buenos días, príncipes:
el día amanece, y es verde.

Y mañana estaremos todos.
Y el día será más verde;
al de los castaños se sumará
el de dos ojos teñidos de verde esmeralda.

jueves, 7 de agosto de 2008

Las ocho


La campana,
el reloj de la iglesia;

La respiración de dos ángeles: duermen.
Pájaros: cantan.
El agua del regato: no corre, apenas camina.
Lenta;
bajo el pavimento.

Gotas de lluvia, pocas, tímidas, casi en silencio;
chocan
contra los manzanos,
contra el cerezo.

Latidos. Lentos,
muy
len
tos.

Paz