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domingo, 12 de septiembre de 2010

Cuando el día va de caída




Estos días he tenido que ir a un par de entierros. El primero era el de un cliente de toda la vida. Sabía que tenía cáncer, pero pensaba que lo estaba superando: no fue así. No conocía a su familia, pero a lo largo de los años había calado en mí su entereza de hombre bueno, generoso y recto, menos preocupado por sí que por los demás, y decidí ir al funeral. Me llamó la atención lo que dijeron sus hijos, cuando leyeron unas líneas a modo de panegírico: que su padre había sido un hombre bueno, generoso y recto, menos preocupado por sí que por los demás. Joder.

El segundo era del padre de un amigo, la persona y la carta de sus hijos fueron muy similares al del primero.

Recordé lo que me había dicho un amigo hacía escasamente un mes. Estaba atravesando un momento difícil en la vida; su mujer le dijo que se fiara de un compañero de trabajo determinado y que hiciera lo que le aconsejara. La razón: ambos matrimonios habían coincidido el verano anterior durante unos días, y ella - le dijo - se había fijado en que el compañero de trabajo en cuestión trataba bien a su mujer y a sus hijos. Le dijo que alguien que trataba así a su familia era necesariamente de fiar. Luego mi amigo me contó que la razón por la que su hoy mujer (entonces novia) se había enamorado de él era esa, por la manera en que mi amigo trataba a su familia - un hombre así, se dijo su entonces novia, es el padre que quiero para mis hijos.

Decía Machado que el camino no existe, que se hace al andar. Unos caminan fuerte, a veces miran lo que pisan por si mancha, las más ni se preocupan de qué o quién queda bajo sus pies; dejan huellas violentas en la tierra, en la arena en el barro, huellas que tarde o temprano borran el viento, la lluvia o simplemente el tiempo. Otros pasean por vida sin empujar, y tan solo dejan de vez en cuando huellas que no pretenden en los recuerdos de la gente con la que se cruzan; huellas en el alma, en el recuerdo, huellas invisibles e indelebles.

Son ese tipo de gente que se portan igual en casa que fuera. Son ese tipo de gente que querrías que cuidara a tus hijos si tú faltas. Son ese tipo de gente que quieres tener a tu lado cuando el día va de caída. Tomando a préstamo palabras de Octavio Paz, ese tipo de gente capaz de oír los pensamientos, de ver lo que decimos, de tocar el cuerpo de la idea.

Ese tipo de gente a quienes aspiras a parecerte, gente que no tiene miedo a la vida y por tanto tampoco a ese trance de la vida que tenemos que afrontar en soledad y que es el paso a lo que viene después, porque saben que la muerte no existe (sigo con el préstamo: ...los ojos se cierran; las palabras se abren).

Johnny Cash nos enseña cómo convertir una buena canción de otro (en este caso, de otra) en una obra maestra - saliendo del segundo entierro, empecé a pasear, me enchufé el ipod, le dí al "aleatorio" y sonó: casualidad o causalidad.





Hora de las velas. Que tengáis un buen día.

martes, 25 de mayo de 2010

Ideas y sentimientos (desvaríos de un martes por la noche)

A menudo pienso que no somos sino ideas y sentimientos en forma de seres con apariencia viva, más o menos homogéneos pero solamente porque todos llevamos las mismas gafas. La pregunta es si somos algo verdadero, si no habitamos una enorme caverna de sueños egocéntricos.

Si vistos desde fuera, sin gafas, somos lo que vemos o algo más parecido a lo que contaba Castaneda en Las Enseñanzas de don Juan. Si, como dice el poeta, existimos solamente porque otros nos imaginan.



Muerte en el olvido - Ángel González

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.

Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.

Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.

Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que habita...



Suena Mary Gauthier, todavía no he podido pillarme su último disco así que me consuelo con lo que tengo - que no es poco, desde luego.






Hora de las velas. Que tengáis un buen día.

viernes, 30 de abril de 2010

El despertar (demasiadas hormigas, pido perdón)

Demasiado hormiguero, demasiadas hormigas. La escalera mecánica cada vez baja más rápido, y conforme subo va faltando el oxígeno y el aire se torna pesado. Pido perdón, y (te) doy las gracias.

Voy a intentar redimirme con música de la buena --




-- y poesía de la mejor.

El despertar - Alejandra Pizarnik

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo



Menos mal que todavía estoy vivo. Menos mal que todavía sé porqué lo hago. Menos mal que los monstruos que hay detrás del aire no me pueden hacer daño. Menos mal que sé que hacer con el miedo.

Que tengáis un buen día.

sábado, 20 de febrero de 2010

La muerte no existe




Aquí estoy otra vez, ante el cuadro más bello del mundo. Como siempre, sin palabras y con un nudo en la garganta.

Ha salido el sol y las luces amarillas se filtran por la ventana del Mauritshaus: la Mujer de la Perla se ilumina, gira la cabeza y me mira – y no puedo contener las lágrimas. Me acuerdo de los versos queridos (alguna vez de un costado de la luna / verás caer los besos que brillan en mí / las sombras sonreirán altivas / luciendo el secreto que gime vagando / vendrán las hojas impávidas que / algún día fueron lo que mis ojos / vendrán las mustias fragancias que / innatas descendieron del alado son / vendrán las rojas alegrías que / burbujean intensas en el sol que / redondea las armonías equidistantes en / el humo danzante de la pipa de mi amor), y mientras lloro en silencio, Montserrat Caballé porta una rama del muérdago sagrado en su mano izquierda mientras dirige su plegaria a la Luna: Casta Diva.





Después, la escena queda vacía y - un instante antes de volver al mundo- me doy cuenta de que Vicente Ferrer tenía razón cuando decía que la muerte no existe.

Que tengáis un buen día. Mañana dormiré en casa, y volveré a respirar el sol del Mediterráneo -- tan diferente al de aquí.

viernes, 1 de enero de 2010

Las primeras veces (feliz 2010)

Empiezo el año leyendo una entrevista publicada en La Contra de La Vanguardia a un físico nacido a finales de los 50 (del siglo pasado); podéis encontrar el texto completo en http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html - os transcribo algunos fragmentos:

"R: ...Me diagnosticaron un cáncer mortal: se equivocaron, pero me ocnvirtieron en un obseso del momento. Me pidieron que escribiera un libro para niños sobre el tiempo y recurrí a mis hijos. Les dije que nos situamos en el universo dentro de unas coordenadas de espacio-tiempo...

P: ¿Le entendieron?

R: Les dije que el tiempo se nos manifestaba a los humanos básicamente como negación: en negativo.

P: ¿Por qué?

R: Estamos en este instante queramos o no: no podemos cambiarlo.

P: Sólo en las películas.

R: Mi hijo de ocho años me respondió: "Entonces, papá, el tiempo es una prisión"

...()...

El tiempo es una prisión, sí, pero una prisión con ruedas, un presidio que avanza inexorable. Y ahí llega la primera pregunta de la física y de cualquiera que piense: ¿Qué hace que esa prisión se mueva? ¿Qué es lo que mueve el tiempo?

...()...

R: La pregunta es si el tiempo lleva en sí mismo su propia renovación, su propio motor: si es capaz de renovar los instantes presentes por sí mismo y crear su devenir...

...()...

R: Kant pensaba que había un catalizador de tiempo en nuestra mente que nos hacía percibir la realidad de forma cronológica, pero la conciencia humana apareció hace un millón de años y, en cambio, hoy sabemos que hubo acontecimientos muy anteriores, como la aparición del Sol o la propia Tierra.

...()...

P: ¿Usted qué cree?

R: Yo no creo que el tiempo sea tan sólo un producto integral de la percepción humana; existe en sí, pero nosotros lo percibimos de una manera específicamente humana...()... Existen instantes, pero no sucesivos. La sucesión - como ya explicó Descartes- la ponemos nosotros. Es nuestra conciencia la que coloca un instante antes o después del otro y después los integra como sucesivos.

P: ¿Por qué vivimos más el presente?

R: Es pregunta para la neurociencia, no para la física, pero le diré con certeza que la única cosa que disminuye con el paso de los años es el número de primeras veces.

P: No se lo puedo desmentir.

R: Y Michel Serres nos da una receta magnífica para no hacernos viejos...

P: Cuente, cuente.

R: Seguir manteniendo el mismo número de primeras veces aunque cumplas más años. Y eso lo puede conseguir de dos maneras.

P: A saber.

R: Haga lo que no haya hecho nunca antes o haga lo de siempre como si no lo hubiera hecho nunca: como si fuera la primera vez.

P: Me parece más fácil lo primero.

R: Acierta, porque lo es; pero la verdadera sabiduría reside en conseguir lo segundo.

P: Es lograr descubrir el Mediterráneo cada vez que lo ves.

R: La receta contra el envejecimiento mental es vivir continuamente la novedad.

P: ¿Cómo?

R: Si eres capaz de vivir intensamente el instante, lo vives de nuevo siempre, porque ningún instante es igual a otro. Son nuestra pereza primero y nuestra soberbia después...

P: Siempre van de la manita.

R: ... las que nos empujan a creerlo todo ya vivido y caer en la falacia de que ya sabemos de todo; que lo hemos vivido todo; que nadie nos puede enseñar nada...

P: Error que cometemos por quedar bien.

R: Enorme, porque nos impide disfrutar como niños de lo insólito de estar aquí y ahora. Ya tuve mi mejor regalo cuando el médico que me pronosticó un cáncer mortal se equivocó. Pasé meses obsesionado con el paso del tiempo, pero gracias a su error hoy saboreo cada segundo.

...()..."



Ése es mi próposito y mi deseo para el 2010, que formulo antes de que se acabe el primer día: vivir muchas primeras veces. Descubir el cielo, el mar y los ojos de mis seres queridos cada vez que los vea a base de hacer cosas que no he hecho antes y también de hacer cada día lo de siempre como si no lo hubiera hecho nunca. Que se cumpla.

Que se cumplan también los vuestros. Suena un trozo de cielo, el el Stabat Mater de Pergolesi en las voces de Andreas Scholl y Barbara Bonney.




Que tengáis un gran día, y un gran año 2010.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La lucha de los lobos


Hoy el jefe me ha hecho llegar una historia que me ha gustado, os la reproduzco - muchas gracias, jefe.

La historia cuenta que un viejo indio estaba sentado por la noche con sus nietos, y les decía:

- Una gran lucha está ocurriendo dentro de mi. Es entre dos lobos.

Uno de los lobos es el resentimiento, la envidia, la avaricia, la mentira, el egoísmo, el rencor y la ira. El otro es la alegría, la humildad, la bondad, la esperanza, la compasión, la serenidad, la sinceridad y la generosidad.


Y añadió:

- Esa misma lucha está ocurriendo dentro de vosotros, y de todos los hombres y mujeres de la tierra.

Los nietos le preguntaron:

- ¿Y quién ganará, abuelo?

Y el abuelo repondió:

- Ganará siempre el lobo que alimentéis.

La grandísima Nina Simone nos canta esa maravilla de canción que es Wild is the Wind -




Que tengáis un buen día.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Nadie, nada



Nadie volverá a escribir como esta mujer.

Fronteras inútiles - Alejandra Pizarnik

un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué

hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco

no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no

no
un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.



Nadie volverá a cantar como este hombre.



Nadie volverá a ver el amanecer de la foto. Nadie volverá a ser como ninguno de nosotros. A lo mejor no hay ninguna razón para que estemos aquí - más allá del hecho; a lo mejor ni estamos. Sigo paseando por la vida, y cada vez me importa menos el porqué de las cosas, y más el qué y el para qué. Y las manos que coge mi mano.

No quiero ser nada mas que yo mismo, y obrar en consecuencia. Estamos en ello. Ya queda menos, funcionamos a base de ciclos, y éste empezó no hace mucho - y le queda lo mejor.

Que tengáis un buen día.

jueves, 29 de octubre de 2009

El gorrión

Así me he quedado cuando he visto este vídeo que me ha hecho llegar el jefe - gracias, papi. Por si alguien no entiende el inglés, el padre le va repitiendo al hijo la misma pregunta ("¿qué es?"), y el hijo le responde a cada vez lo mismo, que es un gorrión, y a cada vez con peores formas.

Luego, el hijo lee en voz alta el diario del padre, escrito hace muchos años y que dice así: “Hoy estaba sentado en el parque junto a mi hijo pequeño, que hace unos días cumplió tres años. Hasta 21 veces me preguntó mi hijo qué era aquel pájaro que se posaba delante de nosotros, y las 21 veces le expliqué que era un gorrión. Cada vez que me hacía la misma pregunta, le respondía lo mismo, y sin impacientarme le abrazaba con cariño para hacerle saber todo el amor que le profesaba."






Dedicado a mis padres. Dedicado a todos los padres.

Dedicado a todos los que somos padres y tenemos la suerte de que nuestros padres sigan en este mundo, dándonos así la oportunidad de hacerles saber el amor que les profesamos.

Que tengáis un buen día.

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Quién me abre la puerta?



Leo hoy en el diario de ayer que Ray Bradbury (el autor de las Crónicas Marcianas), a preguntas sobre los libros electrónicos, decía no hace mucho lo siguiente: "Eso no son libros. Los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor"

Bravo por don Ray. Cuando teníamos veinte años, nos gustaba repetir una frase que viene a decir lo mismo, aunque de una manera algo más basta, debo reconocerlo: hacerse pajas está bien, pero follando conoces gente -- el autor era (creo) Bartolo, y, claro, una vez dicha provocabas sonrisas -- y el resto ya era cosa tuya. Nos pasábamos los días y las noches en nuestra particular búsqueda de lo evidente, y, enfin, qué os voy a contar que no sepáis los cuatro gatos lastimados y relamidos que léeis este post.

Por aquel entonces, los Guns N' Roses sacaban un disco que hoy es parte de la historia de la música, mi hermana preferida hacía COU y lo trajo a casa. Durante meses, día sí día tanbién, esta canción sonó en el K7 del aquel corsa rojo con vocación de Cadillac Solitario:





Unos (bastantes) años más tarde, encontré a la mujer de mi vida, que hoy sigue a mi lado y es mi particular Diosa - no lo dudéis, yo no seré como los mártires del protocristianismo, si tengo que elegir entre mi fe (cuando la tenga) y mis seres queridos, va a ser que ganan los segundos y le dan morcillas al mundo y a su presunto creador.

Después aprendí a respirar, a relativizar, a no morir. Más tarde aprendí que robar es el único pecado, y que los demás son simplemente variaciones de robar - cuando matas a un hombre, le robas a alguien el derecho a una vida, a sus hijos de venir al mundo, o si ya están aquí, el derecho de tener padre; cuando dices una mentira, le robas a alguien el derecho a la verdad, etc.

Luego tuvimos dos hijos, y aprendí que solamente hay que temer a las jaulas, y que lo único que no podemos consentir, so pena de convertirnos en muertos vivientes y de ver como los jetos se nos desfiguran y desdibujan cada día más cuando nos miramos al espejo cada mañana, es que que nuestros sueños y nuestras opciones de vida cedan ante los barrotes (aunque sean de oro macizo), o ante el recuerdo, o ante el el cansancio, o ante el deseo.

Después escribí:-

Sabed que no todas las lágrimas son amargas,
y llorad sin miedo, hasta que no os quede dentro
ni una sola lágrima de las negras.


Hoy busco una salida al sinsentido de vivir en un mundo absurdo que complemente la más evidente; incluso cuando tienes los huevos de darle una patada a la puerta - por ejemplo -.


L'obscurité des eaux - Alejandra Pizarnik

Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.
Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo
en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis
aguas, me digo mis silencios. Toda la noche
espero que mi lenguaje logre configurarme. Y
pienso en el viento que viene a mí, permanece
en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia
desconocida. A mí me han dado un silencio
pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada
como el único pájaro en el viento.



No dejo de preguntarme: ¿quién me abre la puerta?

Que tengáis un buen día.

domingo, 18 de octubre de 2009

Raíces, música, pecados, noches de jade y otros delirios (de un domingo por la tarde)



En mis varias parcelas de vida, me gusta rodearme de gente decente. De personas convencidas de que la verdad es la única vía. De personas que se han tomado el tiempo de constatar que vivir con arreglo a sus convicciones es algo emocionante y tierno. De personas que se plantean a cada momento la solidez de sus convicciones, dudando a cada instante de ellas y de todo en general, y a pesar de ello no vacilan en luchar por sus convicciones y de anteponerlas a cualquier cosa, incluida su propia vida.

Me gusta rodearme de personas que dudan de lo que ven sus ojos, porque a menudo tiene más sentido pensar que el verdadero sueño se produce mientras (creemos que)estamos despiertos; aunque solamente sea porque, como explicación de muchas cosas inexplicables, es la más plausible.

Supongo que el apego por la decencia y por las convicciones me viene de la falta de otras raíces que nos sean las que me proporcionan mis seres queridos. Y que el amor por la poesía y la música me viene de un cierto descreimiento que cada vez es menos pose y cada vez más algo próximo a un órgano vital. Y todo ello me lleva a la certeza de que el peor demonio lo llevamos dentro, y es el ansia de poseer, que nos lleva a la avaricia mental y material: bien pensado, debe ser uno de los pocos pecados capitales que no practico - no por nada en especial, es que no me llama.

No sé a cuento de qué viene esta reflexión, pero el caso es que han caído esta mañana en mis manos unas líneas de María Zambrano que os reproduzco:

"Comencé a cantar entre dientes por obedecer en la oscuridad absoluta que no había hasta entonces conocido, la vieja canción del agua todavía no nacida, confundida con el gemido de la que nace; el gemido de la madre que da a luz una y otra vez para acabar de nacer ella misma, entremezclado con el vagido de lo que nace, la vida parturiente. Me sentí acunada por este lloro que era también canto tan de lejos y en mí, porque nunca nada era mío del todo. ¿No tendría yo dueño tampoco?

La música no tiene dueño, pues los que van a ella no la poseen nunca. Han sido por ella primero poseídos, después iniciados. Yo no sabía que una persona pudiera ser así, al modo de la música, que posee porque penetra mientras se desprende de su fuente, también en una herida. Se abre la música sólo en algunos lugares inesperadamente, cuando errante el alma sola, se siente desfallecer sin dueño. En esta soledad nadie aparece, nadie aparecía cuando me asenté en mi soledad última; el amado sin nombre siquiera. Alguien me había enamorado allá en la noche, en una noche sola, en una única noche hasta el alba. Nunca más apareció. Ya nadie más pudo encontrarme.
"

Me gusta la idea de desvincular lo que somos de lo que tenemos. Me gusta pensar que la música, como las personas, no puede tener dueño. La pone a la altura de Dios y explica por qué, a diferencia de otras emociones, ésta no puede explicarse y sí compartirse - a poco que la escuches con alguien con quien tengas una mínima afinidad, claro.

Os dejo con dos joyas, una es Ben Webster tocando The Brute;




- la otra, Octavio Paz en estado de gracia.

REFRANES - Octavio Paz

Una espiga es todo el trigo
Una pluma es un pájaro vivo y cantando
Un hombre de carne es un hombre de sueño
La verdad no se parte
El trueno proclama los hechos del relámpago
Una mujer soñada encarna siempre en una forma amada
El árbol dormido pronuncia verdes oráculos
El agua habla sin cesar y nunca se repite
En la balanza de unos párpados el sueño no pesa
En la balanza de una lengua que delira
Una lengua de mujer que dice sí a la vida
El ave del paraíso abre las alas
Como la marejada verde de marzo en el campo
Entre los años de sequía te abres paso
Nuestras miradas se cruzan se entrelazan
Tejen un transparente vestido de fuego
Una yedra dorada que te cubre
Alta y desnuda sonríes como la catedral el día del incendio
Con el mismo gesto de la lluvia en el trópico lo has arrasado todo
Los días harapientos caen a nuestros pies
No hay nada sino dos seres desnudos y abrazados
Un surtidor en el centro de la pieza
Manantiales que duermen con los ojos abiertos
Jardines de agua flores de agua piedras preciosas de agua
Verdes monarquías

La noche de jade gira lentamente sobre sí misma.



Que tengáis un buen día.

jueves, 15 de octubre de 2009

Pieles finas

Leo con retraso en EPS dehace un par o tres de domingos (ya os digo que voy derrapando de curro) el artículo de Javier Marías que os extracto (texto completo en http://javiermarias.es/wordpressblog/)

"Parece que cada nueva generación de jóvenes tenga la piel más fina y sea más pusilánime, y que cada nueva de padres esté más dispuesta a protegérsela y a fomentar esa pusilanimidad, en un crescendo sin fin. Los adultos, luego, se alarman ante los resultados, cuando ya es tarde: se encuentran con que tienen en sus hogares a adolescentes tiránicos que no soportan el menor contratiempo o frustración; que a veces les pegan palizas (sobre todo a las madres, que son más débiles); que zumban a policías, queman coches e intentan asaltar comisarías (oye, qué juerga) porque se les impide prolongar un ruidoso botellón más allá de las tres de la madrugada, como acaba de ocurrir en la acaudalada Pozuelo de Alarcón; que, en el peor y más extremo de los casos, violan en grupo a una muchacha de su edad o más joven, como sucedió en un par de ocasiones en Andalucía hace unos meses; y que por supuesto abandonan tempranamente los estudios, cuando aún no tienen conocimientos para trabajar en nada ni –con el galopante paro– oportunidad para ello. Esos adolescentes pusilánimes y despóticos no suelen provenir de familias marginales o pobres (aunque, como en todo, haya excepciones), sino de las medias y adineradas. Son aquellos a los que se ha podido y querido mimar; si no afectiva, sí económicamente.

...()...

Mientras los niños y jóvenes se tornan cada vez más caprichosos, arbitrarios, quejicas y dictatoriales, los Gobiernos intervienen para convertir en delito el cachete que los padres solían dar a sus vástagos cuando había que ponerles límites o enseñarles que ciertos actos acarrean consecuencias y castigos, es decir, lo que todo el mundo ha de aprender más pronto o más tarde, pues, que yo sepa, los castigos no han sido abolidos en nuestras sociedades. Toda la vida se ha distinguido sin dificultad entre eso, un cachete ocasional, y una paliza en toda regla por parte de un adulto a un niño, algo condenable y repugnante para casi cualquiera que no sea el palizador. Quienes han prohibido el cachete no siempre se oponen, sin embargo, a enviar a la cárcel a menores de edad si éstos cometen un delito de consideración. Es el reino de la contradicción: a un chaval no se le puede poner la mano encima bajo ningún concepto, aunque haga barbaridades y no entre en razón (su piel es finísima), pero sí se le puede meter una temporada entre rejas para hundirle la vida y que se acabe de malear.

...()...

Nada es seguro, claro está, pero es posible que ni los violadores juveniles ni los fascistoides de Pozuelo hubieran llegado tan lejos si hubieran recibido, en anteriores fases, alguna que otra torta proporcional y hubieran aprendido a temer las consecuencias de sus actos incipientemente delictivos. El temor a las consecuencias sigue siendo –lo siento, ojalá no fuera así– uno de los mayores elementos disuasorios, también para los adultos. Hay muchos, entre éstos, que no roban ni pegan ni matan tan sólo porque saben que los pueden pillar y que les caerá un castigo. Si esto, como digo, ha de aprenderse antes o después, no veo por qué dicho aprendizaje se retrasa ahora hasta edades en las que a veces es demasiado tarde: ¿cómo va a aceptar un joven que no puede hacer esto o aquello si a lo largo de sus quince o dieciocho años se lo ha educado en la creencia de que siempre se saldría con la suya, de que a todo tenía derecho a cambio de ningún deber, y de que sus acciones más graves no acarrearían más consecuencia que el rollo que le soltaran los plastas de sus padres o profesores?

Ya sé cómo algunos leerán este artículo: como una mera reivindicación de la bofetada. Miren, qué se le va a hacer. Puestos a ser tan simplistas como esos posibles lectores, prefiero que un muchacho se lleve alguna de vez en cuando a que se lo arroje a una celda demasiado pronto, sin capacidad para entender de golpe por qué diablos está ahí, o a que viole a una compañera en manada y se vuelva a casa creyendo que eso no tiene mayor importancia que ponerse ciego de alcohol en las felices noches de botellón.
"


Menos mal que Bach estuvo unos años paseando por este mundo, y nos dejó trozos de cielo como éste.





Que tengáis un buen día.

lunes, 12 de octubre de 2009

Conectar, desconectar




Me doy cuenta que hace dos semanas que no cuelgo entradas. Lleva razón SanFreeBird72 cuando me dice que voy derrapando de curro, pero en realidad es síntoma de algo peor: de que no encuentro tiempo para desconectar de matrix, para quitarme las gafas mágicas que me permiten creer que lo que veo en el hormiguero es real.

Reacciones de supervivencia, como leer o escribir una poesía; o respirar en el silencio que sigue al final del microsurco por el que se ha deslizado la aguja del placer lenta y pausadamente, respirar dulce, lenta y acompasadamente hasta diluir todo vestigio de ansiedad y disolverse en el agua del silencio que te llena por dentro hasta que rebosa arrastrando los posos de la angustia que se pegan a la piel postiza.

Posiblemente no hace ni 6000 años que el ser humano escribe. Unos miles de años más tarde, los egipcios inventaron las primeras formas escritas de poesía, y algo más tarde los chinos la acercaron al concepto actual. Varios cientos de años más tarde nació Gabriel Celaya, quien nos dejó hace menos de 20 años dejando tras de sí poemas como éste.

Hasta la muerte - Gabriel Celaya

En el paisaje oscuro
oigo tu voz, tu voz,
tu larga voz de espesas
caricias resbaladas,
mojadas y olorosas.

La noche me suspende
en un vuelo pausado
e, inmóvil, pone en vilo
lo que el hombre no entiende:
tu voz, tu voz querida
hundiéndome en lo ausente.

Uno cierra los ojos
(¡me da miedo mirarte!);
uno tiende las manos
-aves heridas y leves-,
y en sus raíces siente
que tú eres y no eres.


Dentro de unos años me iré, como todos. Antes, quiero hacer varias cosas. Hoy he empezado a escribir mi primera novela.

Os dejo con el tercer corte de uno de los mejores discos de la historia.




Que tengáis un buen día.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Hormigas, personas y máscaras (desvaríos de un jueves por la noche)

La palabra "persona" se emplea hoy como sinónimo de ser humano. Sin embargo, cuando hacía la tesis doctoral aprendí que, conforme al sentido etimológico más generalmente aceptado, en la antigüedad se correspondía más bien con aquella cualidad o papel (lo que ahora llamamos un "rol") que le corresponde representar en la vida a un hombre o una mujer, en función -fundamentalmente- de su estado o su condición jurídica (capaz, incapaz, emancipado, esclavo, liberto, etc.). De hecho, en su origen el vocablo designaba la máscara que utilizaban los actores en los teatros griegos y romanos para amplificar la voz (per-sonare) y a la vez superponer el rostro del personaje al del actor o actriz que lo representaba.

Me pregunto cómo son los hombres y mujeres con los que me cruzo cada día en el hormiguero y que escogen esconderse tras sus caretas - desde luego, son mayoría; me hacen pensar en la poetisa, y a la vez protagonista de su poema.

MÁSCARA - María Clara González

Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara
No lograba encajarla conmigo
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.

(De "Pulso interno")


Quizás debieran dedicar algo de su tiempo a escuchar música, por ejemplo este pedazodepasotedevídeo que me acabo de encontrar en youtube - a ver si localizo el DVD en cuestión - porque cuando escuchas y ves a Marvin Gaye en estado de gracia como aquí, se te caen las caretas y las máscaras de tanto abrir la boca.

Señoras y señores, invirtamos 9 minutos de nuestra vida en zamparse de un tirón esta estratosférica grabación - yo lo haré de rodillas.



Pues nada más, salvo desearos que tengáis un buen día.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Hormigueros, hormigas, relojes y pecados (desvaríos de un lunes por la noche)

Hace ya tres semanas y un día que paso los días en el hormiguero. La reina no está, los zánganos disimulan su condición lo mejor que saben, y las obreras - con alguna excepción - no saben muy bien qué les pasa; unas lloran, otras ríen, y las más tienen la mirada perdida. Pasan el día haciendo inventarios de carencias, cuando deberían estar haciendo inventarios de bienes, o de los milagros cotidianos que llenan sus vidas. El problema es que las hormigas tienen más (yo también, así que cambio a primera persona del plural) de lo que nos hace falta, pero a menudo no nos damos cuenta porque pensamos demasiado en lo que no tenemos - o lo que no nos gusta de lo que tenemos; haríamos mejor no perdiendo el tiempo, porque no tenemos mucho.

Porque a la que cumples unos años se te hace evidente que solamente es posible aprender, amar y perdonar dejando que pase el tiempo; así que cuanto más sabemos, amamos y perdonamos, menos tiempo nos queda.

El tiempo, ese cabrón que se descojona de nosotros porque sabe que corra lo que corra nunca le cogeremos. Tic tac tic tac, se está convirtiendo en mi obsesión, en especial el que paso (prefiero pensar que no lo pierdo) en el hormiguero - menos mal que me pasa lo que al (o a la) del poema de Celaya.

Cerca y lejos - Gabriel Celaya

Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.



Suena la maravillosa Eilen Jewell versionando (y mejorando) el Shakin' All Over; esta semana en cuanto pueda le dedico un post a esta mujer y a su estratosférico último disco -ya comentado por SFB hace unos días-, a quien por cierto si estáis por tierras catalanas podéis ver en directo en BCN el día 29 (Sala Apolo 2).




Nada más, salvo desearos que tengáis un buen día.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Posibles e imposibles



Pienso que un sistema que predetermina los imposibles definiéndolos a contrario sensu, se ríe de los soñadores y premia solamente al primero en dar la respuesta correcta es necesariamente perverso. Juan está de acuerdo conmigo; Pepe piensa que no son sino reflexiones de perdedor. Posiblemente Pepe no sabe que durante muchos años se pensó que era científicamente imposible que el ser humano pudiera correr la distancia de una milla terrestre (1.609 m.) en menos de cuatro minutos. Estudios científicos avalaban esta teoría, y auguraban efectos demoledores para el organismo de aquél que lo intentara.

Pero el 6 de mayo de 1954, el atleta británico Roger Bannister corrió la milla en 3:59 en las pistas de Iffley Road, en Oxford (Reino Unido). Y entonces ocurrió algo insólito: el 21 de junio de ese año, el australiano John Landy había rebajado el record a 3:58 en Turku (Finlandia), a lo largo de 1954 mismo año otros tres atletas bajaron de los cuatro minutos y a finales de 1955, eran ya veintisiete los atletas que habían corrido la milla en menos de cuatro minutos. Hoy son cientos los atletas que han demostrado lo desacertado de aquellos estudios científicos.

Y es que desde pequeños moldean nuestros cerebros de manera que se parecen mucho más al de Pepe que al de Juan, de manera que tienden a no poner en duda las verdades y dogmas que nos enseñan desde pequeños y a clasificar como imposibles cosas que no lo son. Hasta que alguien rompe los moldes, y abre la brecha - a la que luego nos apuntamos. Hoy que el planeta está cartografiado, no nos quedan más tierras que descubrir que las que llevamos dentro.

La lección: a menudo la vida de una persona no es una coincidencia, ni una consecuencia, sino un reflejo de la persona. Hace años que Machado lo dijo de otra manera (Caminante, son tus huellas el camino, y nada más / caminante, no hay camino, se hace camino al andar... /). Nada importa sino el camino que primero te marcas, y luego recorres, lo que haces y lo que te vas dejando por el camino; lo que vas decidiendo a cada instante en la medida en que puedes decidir –y en lo demás, el si te dejas llevar (y el cómo) por el río de la vida, el que te va tocando.

Suena de fondo, absolutamente estratosférico, Mike Farris.





La foto está tomada por mi hermano favorito a principios de agosto de este año en los montes del Alto Bierzo (León). Que tengáis un buen día.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Citius, altius, fortius



Sigo madrugando, y pienso en mis niños Juan y Pepe, o Pepe y Juan - debe ser la edad. Pero es que tampoco entendía Juan que el profesor convirtiera sus clases en una carrera de velocidad en la que solamente se premiaba al primer alumno que daba con la respuesta correcta.

Desde su perspectiva - más baja que la del profesor, porque el suelo donde se apoyaban los pupitres estaba unos centímetros más bajo que la tarima donde se apoyaba la mesa del profesor, por otra parte mucho más alta que éstos - asumiendo lo inasumible, esto es que solamente una de las posibles respuestas era la correcta, tal ejercicio equivalía a rebajar el logro de dar con las respuestas correctas a la categoría de chuchería: eso que llama la canción The winner takes it all.

Y así, mientras Juan pensaba (asumiendo que solo haya una respuesta correcta, ¿qué importa si tardo más o menos que Pepe en descubrirla?), Pepe se había adelantado a los demás alumnos del aula y a la pregunta de cuántos son uno más dos había respondido - de nuevo antes que nadie - que eran "tres", a lo que el profesor respondía en voz alta - para que le oyeran todos los niños, y Juan mejor que nadie - que, en efecto, "tres" era la respuesta correcta y que de nuevo Pepe había sido el más rápido en acertarla, por lo que le felicitaba.

Un día, Pepe dejó de ser el más rápido y desde entonces es un pobre infeliz porque intenta concencer a propios y extraños, novias y amantes, jefes y subordinados (y sobre todo a sí mismo) de que es de ese tipo de personas capaces de encontrar siempre las respuestas correctas antes que nadie (o casi). Juan sigue pensando que lo del citius, altius, fortius no va con él. Tiene más de un Dios, cree en los matices, en Bach y en Mozart, y hace años que convirtió en certeza su inicial sospecha de que sin poesía y sin música, la vida sería un error.

Le apasiona, por ejemplo, el dúo final de la ópera de Monteverdi L’incoronazione di Poppea.




Y, también por ejemplo, esta maravillosa poesía sin puntuaciones - porque, además de la belleza de los versos, Juan no puede evitar pensar en esto de la métrica tampoco hay una única respuesta correcta.

Más allá del olvido - Alejandra Pizarnik

alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor


Hoy a Juan le pasa lo que a mi, que cada día le gusta más Cortázar y menos Vargas Llosa; que hace tiempo que dejo de pensar en las respuestas correctas y concentra su pensamiento en las preguntas correctas; que le importa (aproximadamente) un huevo (tamaño normal, como los suyos, es decir la mitad de los de Pepe) lo que los demás piensen de él; que ya no tiene certezas más allá de su reducidísimo círculo de seres queridos; que cada vez corre menos; que cuando corre es (casi) siempre por decisión propia; y que la única razón por la que corre es porque así beneficia a sus seres queridos, o a alguno de ellos. Y por ellos, o por protegerlos, daría su vida sin dudarlo un instante. Y por nadie más, porque no hay nadie ni nada por encima de ellos.

Por eso sigo subiendo por la descendente escalera mecánica. Hasta que me canse, y monte una ferretería en un sitio que yo me sé, o en cualquier otro en el que me encuentre bien.

Como dijo Homer Simpson, hay tres tipos de personas: los que saben sumar y los que no. Os deseo que tengáis un buen día.

lunes, 24 de agosto de 2009

De vuelta

La vuelta al mundo de los muertos vivientes puede ser mortal de necesidad si no se toman algunas precauciones elementales, como acompañarla de buena poesía.

Vivir en tu voz – Paloma Palao

Vivir en tu voz,
doblarme
bajo tu párpado, sería necesario
para compensar
el beso
de nieve, la luciérnaga
de esta resurrección imposible. Pero nada
tan hueco como el agua,
donde el pozo
no es medida, sino acumulación
culpable del vacío, inexistencia
proclamada,
fondo desposeído por su transparencia,
recompensa de mirar
hacia la oscuridad
y hacia dentro.


Echo la vista atrás y estoy contento de lo que he hecho en estas tres últimas semanas. Me he reconstruido a partir de mis seres queridos, y les he dado cuanto tengo y cuanto soy (o casi).



He visto salir casi a diario el sol, y la luna; he escuchado muchas veces al día a los árboles, al aire, a la lluvia, a las estrellas y a los seres que viven en la mar a la que me acercan los años.

He soñado muchas veces que soñaba, y por encima de todo he recordado quién soy – y constatado lo afortunado que soy.

Apago la vela y me encuno. Que tengáis un gran día mañana. La foto está tomada mientras paseaba por Fornells (Menorca) el pasado jueves, pocos minutos después de la salida del sol.

viernes, 31 de julio de 2009

Hasta pronto (cerrado por vacaciones)



Me voy tres semanas de vacaciones. A imitar al señor de la foto. A vivir sin reloj.

Me voy a reconstruirme a partir de mis seres queridos, a darles cuanto tengo y cuanto soy, y rendirme cada día a sus pies.

Me voy a escuchar las palabras que me quieran traer las montañas, los árboles, el aire, la lluvia y el mar.

Me voy a soñar que sueño, y a recordar quién soy.

Me voy a mirar cómo me miran las moscas de día, y las estrellas de noche.

Me voy a poner nombre a los silencios, y a los espacios. A sentirme como Celaya en el poema, y contar como él los días no por números, sino por sentimientos.

PERDIDO DE AMOR - Gabriel Celaya

La fatiga, la inmensa
fatiga de los días repetidos.
(Toda alegría supone
algo de heroísmo.)

Admirable enemiga,
de ti nazco sufriendo.
(Arder: Así me miento
un alma iluminada.)

Y vivo de la muerte
que me das sonriendo,
y muero en la dulzura
de tu vago silencio.

Amada, amada mía,
alta llama en el tiempo,
tú creas melodías
con pausas y secretos.

Y el hastío se alarga
de pronto en formas dulces,
y los días se nombran
según un sentimiento.



Me voy a escuchar la música que me gusta, por ejemplo la del mejor músico del último cuarto del siglo XX - para muestra, un botón.





Sin más, me voy. Hasta pronto.

miércoles, 15 de julio de 2009

Uno más dos



El profesor le pregunta a Juan cuántos son uno más dos. Juan responde que cuatro, y el profesor no loa su imaginación, ni su creatividad: muy al contrario, le dice secamente que la respuesta es incorrecta. Contrariado, repite la pregunta a su compañero de pupitre, digamos que Pepe, quien responde rápidamente que son tres, a lo que el profesor responde en voz alta - para que le oigan todos los niños, y Juan mejor que nadie - que, en efecto, "tres" es la respuesta correcta. Así, Juan y Pepe, y todos los niños de nuestro país, y de todos los países del mal llamado primer mundo crecen creyendo que el mundo se divide en opciones blancas y negras, correctas e incorrectas, en los listos y los tontos, en los míos y los otros, en los de aquí y los de fuera, en los buenos y los malos.

Luego, más tarde, cuando asoman a su piel los primeros granos, Juan y Pepe, y sus compañeros de clase, intuyen primero y descubren más tarde los matices, los colores grises, los azules, y los rojos y los verdes; descubren que los colores tienen muchos matices, y que los colores y los matices cambian con el paso de los minutos, de las horas, de los días; y que no hay dos azules iguales.

Ni a Juan ni a Pepe les han enseñado en la escuela que el blanco y el negro no existen en el mundo; que el mundo de verdad, el que está fuera de las cuatro paredes del aula, es de muchos colores, que el blanco es sólo la suma de todos ellos y el negro la ausencia de todo color. Juan siempre lo supo, y está exultante; Pepe no acaba de creérselo.

Os dejo con la poesía de Gelman,

SEFINÍ - Juan Gelman

basta por esta noche cierro
la puerta me pongo
el saco guardo
los papelitos donde
no hago sino hablar de ti
mentir sobre tu paradero
cuerpo que me has de temblar



...y con el Cello de Jacqueline du Pré. Quizás Juan sea como ellos dentro de poco - o acaso se acabe pareciendo a Pepe.





Que tengáis un buen día.

lunes, 13 de julio de 2009

Ser y hacer




De vuelta a la mal llamada civilización.

Cuando empecé a trabajar, me enseñaron a hacer listas de las "cosas que hacer", y a mantenerlas actualizadas. Es lo que los ingleses llaman "To Do list", y sirve para llevar un control de los plazos procesales, y de los no procesales. Sin ir más lejos, no hace mucho listé en este blog las cosas que quería hacer antes de morir.

No digo que no haya que hacerlas; pero algo me dice que (me) ha llegado el momento de empezar a pensar en las cosas que tienes (tengo) que ser. Así que he decidido que, hecho el listado de cosas que quiero hacer antes de morir, no haré más listas de las cosas que quiero o que tengo que hacer; como mucho, la actualizaré - y en su lugar, haré listas de las cosas que quiero, o que tengo que ser antes de morir.

De fondo, suena la mejor Chavela. No hay imágenes en la grabación; ni falta que hacen.




Que tengáis un buen día.