Me doy cuenta que por razones que ignoro todavía no le he dedicado ningún post a ese gran escritor y no menos grande poeta que fue Quevedo. De él dijo una vez Borges que era "menos un hombre que una delicada y compleja literatura", y de él surgieron estos versos que merecen pasar a los anales de la poesía universal por el cómo formal en la escritura y en la imagen (plástica, como si fuera un cuadro), y también por el qué -- complejo, paradójico, maravilloso; el poeta habla en tercera persona y desea vivir con su amada - en la muerte -, y lo expresa como nadie: "..., no su cuidado / serán ceniza, mas tendrá sentido;...()... polvo enamorado".
Amor constante más allá de la muerte - Francisco de Quevedo
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Casi tan bien como esos versos suena el aria "Si, mi chiamano Mimi" de La Bohème en esta grabación con la incomparablemente cálida, suave y aterciopelada voz de Renata Tebaldi que algún ángel ha tenido a bien colgar de Youtube.
Cuánto bueno junto. Que tengáis un buen día.
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domingo, 10 de enero de 2010
lunes, 30 de noviembre de 2009
Hecatombes de esperanzas
Tosca es una de las cumbres de la ópera. Me apasiona porque rompe con todas las tradiciones, con todos los moldes. Hasta Schönberg se rindió a la audacia de su lenguaje musical. El aria Vissi d'arte (la plegaria de la soprano, Floria Tosca) constituye un paréntesis dentro de la densidad de la obra en forma de tributo al bel canto - y nadie que yo sepa la ha cantado jamás como la Caballé, por ejemplo en esta grabación de 1975.
Os regalo un poema triste del poeta favorito de mi hermana favorita, habla del todo y de la nada - y de apuestas, y de pronósticos, y de hecatombes de esperanzas.
LA CULPA ES DE UNO - Mario Benedetti
Quizá fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algún modo previsto,
ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido,
todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron.
Hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad,
pero vos encontraste la manera,
una manera tierna
y a la vez implacable,
de deshauciar mi amor.
Con un sólo pronóstico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible,
lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y cuadras,
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahí nomás lo dejaste
a solas con su suerte que no es mucha.
Creo que tenés razón,
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo.
Hace mucho, muchísimo,
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno.
Ahora estoy solo,
francamente solo,
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado.
Antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno,
con los ojos bien secos
por si acaso,
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.
El pasado lunes me propusieron romper muchos moldes. Hoy he dicho que sí. Las razones, miles; las dos principales, que nunca me hubiera perdonado decir que no -- y que me muero de ganas.
Que tengáis un buen día.
Os regalo un poema triste del poeta favorito de mi hermana favorita, habla del todo y de la nada - y de apuestas, y de pronósticos, y de hecatombes de esperanzas.
LA CULPA ES DE UNO - Mario Benedetti
Quizá fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algún modo previsto,
ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido,
todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron.
Hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad,
pero vos encontraste la manera,
una manera tierna
y a la vez implacable,
de deshauciar mi amor.
Con un sólo pronóstico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible,
lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y cuadras,
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahí nomás lo dejaste
a solas con su suerte que no es mucha.
Creo que tenés razón,
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo.
Hace mucho, muchísimo,
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno.
Ahora estoy solo,
francamente solo,
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado.
Antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno,
con los ojos bien secos
por si acaso,
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.
El pasado lunes me propusieron romper muchos moldes. Hoy he dicho que sí. Las razones, miles; las dos principales, que nunca me hubiera perdonado decir que no -- y que me muero de ganas.
Que tengáis un buen día.
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viernes, 6 de marzo de 2009
Saciando los sentidos
Vuelvo descansado, más enamorado y mucho más vivo. Para combatir los efectos del reingreso en la civilización, nada mejor que sentir el aliento de la maravillosa Angela Gheorghiu cantando el Vissi d'arte, de la ópera Tosca de Puccini a la suave luz de una vela.
Hace menos de una semana pensaba en este poema mientras Laia nos enseñaba el edificio de la fundación donde da clases a los "niños de la estación" - son niños de la calle que sobreviven en las calles de Delhi; a menudo viven en las estaciones de tren, por razones de pura supervivencia.
Oda a la pobreza - Pablo Neruda
Cuando nací,
pobreza,
me seguiste,
me mirabas
a través
de las tablas podridas
por el profundo invierno.
De pronto
eran tus ojos
los que miraban desde los agujeros.
Las goteras,
de noche, repetían
tu nombre y tu apellido
o a veces
el salto quebrado, el traje roto,
los zapatos abiertos,
me advertían.
Allí estabas
acechándome
tus dientes de carcoma,
tus ojos de pantano,
tu lengua gris
que corta
la ropa, la madera,
los huesos y la sangre,
allí estabas
buscándome,
siguiéndome,
desde mi nacimiento
por las calles.
Cuando alquilé una pieza
pequeña, en los suburbios,
sentada en una silla
me esperabas,
o al descorrer las sábanas
en un hotel oscuro,
adolescente,
no encontré la fragancia
de la rosa desnuda,
sino el silbido frío
de tu boca.
Pobreza,
me seguiste
por los cuarteles y los hospitales,
por la paz y la guerra.
Cuando enfermé tocaron
a la puerta:
no era el doctor, entraba
otra vez la pobreza.
Te vi sacar mis muebles
a la calle:
los hombres
los dejaban caer como pedradas.
Tú, con amor horrible,
de un montón de abandono
en medio de la calle y de la lluvia
ibas haciendo
un trono desdentado
y mirando a los pobres
recogías
mi último plato haciéndolo diadema.
Ahora,
pobreza,
yo te sigo.
Como fuiste implacable,
soy implacable.
Junto
a cada pobre
me encontrarás cantando,
bajo
cada sábana
de hospital imposible
encontrarás mi canto.
Te sigo,
pobreza,
te vigilo,
te acerco,
te disparo,
te aislo,
te cerceno las uñas,
te rompo
los dientes que te quedan.
Estoy
en todas partes:
en el océano con los pescadores,
en la mina
los hombres
al limpiarse la frente,
secarse el sudor negro,
encuentran
mis poemas.
Yo salgo cada día
con la obrera textil.
Tengo las manos blancas
de dar pan en las panaderías.
Donde vayas,
pobreza,
mi canto
está cantando,
mi vida
está viviendo,
mi sangre
está luchando.Angela Gheorghiu
Derrotaré
tus pálidas banderas
en donde se levanten.
Otros poetas
antaño te llamaron
santa,
veneraron tu capa,
se alimentaron de humo
y desaparecieron.
Yo te desafío,
con duros versos te golpeo el rostro,
te embarco y te destierro.
Yo con otros,
con otros, muchos otros,
te vamos expulsando
de la tierra a la luna
para que allí te quedes
fría y encarcelada
mirando con un ojo
el pan y los racimos
que cubrirá la tierra
de mañana.
No puedo dejar de repetirlo: "mi canto está cantando / mi vida está viviendo / mi sangre está luchando". Alguien dijo que un viaje es como una vida que nos es ofrecida en el interior de la otra. Prefiero pensar que cada viaje es uno de esos sueños en los que sueñas que sueñas. Estos días atrás he soñado que saciaba mi particular sed de absoluto a través de los sentidos, los cinco y alguno más que intuyo pero no os sé nombrar: o quizás es que no me atrevo.
Que tengáis un buen fin de semana.
Hace menos de una semana pensaba en este poema mientras Laia nos enseñaba el edificio de la fundación donde da clases a los "niños de la estación" - son niños de la calle que sobreviven en las calles de Delhi; a menudo viven en las estaciones de tren, por razones de pura supervivencia.
Oda a la pobreza - Pablo Neruda
Cuando nací,
pobreza,
me seguiste,
me mirabas
a través
de las tablas podridas
por el profundo invierno.
De pronto
eran tus ojos
los que miraban desde los agujeros.
Las goteras,
de noche, repetían
tu nombre y tu apellido
o a veces
el salto quebrado, el traje roto,
los zapatos abiertos,
me advertían.
Allí estabas
acechándome
tus dientes de carcoma,
tus ojos de pantano,
tu lengua gris
que corta
la ropa, la madera,
los huesos y la sangre,
allí estabas
buscándome,
siguiéndome,
desde mi nacimiento
por las calles.
Cuando alquilé una pieza
pequeña, en los suburbios,
sentada en una silla
me esperabas,
o al descorrer las sábanas
en un hotel oscuro,
adolescente,
no encontré la fragancia
de la rosa desnuda,
sino el silbido frío
de tu boca.
Pobreza,
me seguiste
por los cuarteles y los hospitales,
por la paz y la guerra.
Cuando enfermé tocaron
a la puerta:
no era el doctor, entraba
otra vez la pobreza.
Te vi sacar mis muebles
a la calle:
los hombres
los dejaban caer como pedradas.
Tú, con amor horrible,
de un montón de abandono
en medio de la calle y de la lluvia
ibas haciendo
un trono desdentado
y mirando a los pobres
recogías
mi último plato haciéndolo diadema.
Ahora,
pobreza,
yo te sigo.
Como fuiste implacable,
soy implacable.
Junto
a cada pobre
me encontrarás cantando,
bajo
cada sábana
de hospital imposible
encontrarás mi canto.
Te sigo,
pobreza,
te vigilo,
te acerco,
te disparo,
te aislo,
te cerceno las uñas,
te rompo
los dientes que te quedan.
Estoy
en todas partes:
en el océano con los pescadores,
en la mina
los hombres
al limpiarse la frente,
secarse el sudor negro,
encuentran
mis poemas.
Yo salgo cada día
con la obrera textil.
Tengo las manos blancas
de dar pan en las panaderías.
Donde vayas,
pobreza,
mi canto
está cantando,
mi vida
está viviendo,
mi sangre
está luchando.Angela Gheorghiu
Derrotaré
tus pálidas banderas
en donde se levanten.
Otros poetas
antaño te llamaron
santa,
veneraron tu capa,
se alimentaron de humo
y desaparecieron.
Yo te desafío,
con duros versos te golpeo el rostro,
te embarco y te destierro.
Yo con otros,
con otros, muchos otros,
te vamos expulsando
de la tierra a la luna
para que allí te quedes
fría y encarcelada
mirando con un ojo
el pan y los racimos
que cubrirá la tierra
de mañana.
No puedo dejar de repetirlo: "mi canto está cantando / mi vida está viviendo / mi sangre está luchando". Alguien dijo que un viaje es como una vida que nos es ofrecida en el interior de la otra. Prefiero pensar que cada viaje es uno de esos sueños en los que sueñas que sueñas. Estos días atrás he soñado que saciaba mi particular sed de absoluto a través de los sentidos, los cinco y alguno más que intuyo pero no os sé nombrar: o quizás es que no me atrevo.
Que tengáis un buen fin de semana.
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Reflexiones
martes, 13 de enero de 2009
Papeles en el aire (y santos para los que la muerte no existe)

Hoy quiero hablaros de otro de mis héroes, se llama Vicente Ferrer, nació en Barcelona en 1920 y vive hoy en Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh (sureste de la India).
La semana pasada, la vicepresidenta del Gobierno se acercó a su domicilio para hacerle entrega de una condecoración, la Gran Cruz del Mérito Civil. Raras veces en nuestro país se premia en vida a las personas que lo merecen, a pesar de lo cual Ferrer había recibido ya previamente, entre otros premios, el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia (1998), la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (2000) y el Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española (2000). A nivel internacional no hay tanta envidia como aquí, y Ferrer también ha obtenido varios reconocimientos: en 2001 fue nombrado Personaje destacado de la historia del siglo XX por la UNESCO.
En El País del pasado domingo se leía una entrevista con él, de la me ha parecido bueno reproducir algunos fragmentos:
Pregunta: ¿Qué le da India?
Respuesta: ¿Qué iba a darme? No soy más que un pez en el agua. Yo vine aquí para convertirme. Gracias a ellos.
P: La India actual no es la de 1952. Presume de multimillonarios.
R: Conviene que haya ricos. ¿Quién nos iba a dar si todo el mundo fuera pobre?
...()...
El fin del mundo llegará cuando ya no haya pobres. ¡Nos habremos quedado todos sin trabajo! Y los necesito porque mi corazón está hecho para quererlos. ...()...
Es mentira que todos los hombres sean iguales. Son iguales ante Dios, pero eso es otra cosa.
…()…
P: Aquí le llaman padre.¿Echa de menos el hábito que abandonó en 1969 para casarse?
R: No estoy contra el pasado. Y no critico a la Iglesia, que es nuestra tradición. Los jesuitas me han ayudado mucho, me han dado una visión universal. Pero yo pertenezco a la iglesia que Jesús le prometió a la samaritana, que llegará el día en que todos los hombres adorarán a Dios en espíritu.
…()…Los ateos siempre tienen argumentos. Pero un ateo es un corcho en el agua. Yo soy un papel en el aire. La devoción es una riqueza espiritual que la gente moderna no entiende.
…()…Nosotros tenemos el principio de no acumular nada, todo debe repartirse, debemos ser pobres. Yo no tengo casa propia.
P: ¿El hombre contemplativo reemplaza al hombre de acción?
R: Soy ambos, un hombre completo, natural, un caminante que viene de las alturas, siempre con horizontes lejanos.
…()…
P: ¿De qué está más orgulloso?
R: De mí mismo. Como soy el más humilde del mundo, soy el único que puede hablar así.
…()…
P: Le tiene miedo a la muerte.
R: La muerte no existe.
La existencia en nuestros tiempos de las personas como Vicente Ferrer, y de cuantos como él piensan que no somos sino papeles en el aire, que todo debe repartirse y que la devoción es la única riqueza a la que debemos aspirar es en sí misma un milagro. Y también la razón de ser de la raza humana; y el único fundamento de mi fe en ella.
Y mientras haya en este mundo hombres santos como Vicente Ferrer, la muerte no existirá. Porque los héroes nunca mueren, y en eso consiste el cielo.
En su honor, suena una de las arias más conocidas de Puccini, el O mio babbino caro, en la mejor de las interpretaciones posibles, la de Montserrat Caballé en una grabación de 1975 que es una auténtica joya.
Que tengáis una buena semana.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Himnos
Ignacio me envía desde Chicago este poema del poeta favorito de mi hermana favorita. Es un auténtico himno a la vida que suscribo letra a letra. Gracias, Ignacio.
¿Por qué cantamos? - Mario Benedetti
Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
Si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
Si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por que cantamos
Cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río, suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Suena otro himno, es el "Nessun Dorma", de la opera Turandot de Puccini - en la voz del mejor Pavarotti, el de 1980. Rien ne va plus.
Que tengáis un buen día.
¿Por qué cantamos? - Mario Benedetti
Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
Si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
Si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por que cantamos
Cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río, suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Suena otro himno, es el "Nessun Dorma", de la opera Turandot de Puccini - en la voz del mejor Pavarotti, el de 1980. Rien ne va plus.
Que tengáis un buen día.
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