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domingo, 22 de noviembre de 2009

De rodillas





Tremenda mujer, tremendo concierto.

No tengo palabras, pero desde anoche tengo una Diosa más en los altares. Razones: para muestra, un botón -- y yo, a dos metros del micro.




Le voy a dedicar a este pedazo de mujer un pedazo de poema.

Escribo en el olvido - Juan Gelman

Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.

Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.


Gracias, Imelda. Que Dios te conserve la música.

Que tengáis un buen día.

miércoles, 15 de julio de 2009

Uno más dos



El profesor le pregunta a Juan cuántos son uno más dos. Juan responde que cuatro, y el profesor no loa su imaginación, ni su creatividad: muy al contrario, le dice secamente que la respuesta es incorrecta. Contrariado, repite la pregunta a su compañero de pupitre, digamos que Pepe, quien responde rápidamente que son tres, a lo que el profesor responde en voz alta - para que le oigan todos los niños, y Juan mejor que nadie - que, en efecto, "tres" es la respuesta correcta. Así, Juan y Pepe, y todos los niños de nuestro país, y de todos los países del mal llamado primer mundo crecen creyendo que el mundo se divide en opciones blancas y negras, correctas e incorrectas, en los listos y los tontos, en los míos y los otros, en los de aquí y los de fuera, en los buenos y los malos.

Luego, más tarde, cuando asoman a su piel los primeros granos, Juan y Pepe, y sus compañeros de clase, intuyen primero y descubren más tarde los matices, los colores grises, los azules, y los rojos y los verdes; descubren que los colores tienen muchos matices, y que los colores y los matices cambian con el paso de los minutos, de las horas, de los días; y que no hay dos azules iguales.

Ni a Juan ni a Pepe les han enseñado en la escuela que el blanco y el negro no existen en el mundo; que el mundo de verdad, el que está fuera de las cuatro paredes del aula, es de muchos colores, que el blanco es sólo la suma de todos ellos y el negro la ausencia de todo color. Juan siempre lo supo, y está exultante; Pepe no acaba de creérselo.

Os dejo con la poesía de Gelman,

SEFINÍ - Juan Gelman

basta por esta noche cierro
la puerta me pongo
el saco guardo
los papelitos donde
no hago sino hablar de ti
mentir sobre tu paradero
cuerpo que me has de temblar



...y con el Cello de Jacqueline du Pré. Quizás Juan sea como ellos dentro de poco - o acaso se acabe pareciendo a Pepe.





Que tengáis un buen día.

miércoles, 15 de abril de 2009

Vida (2)

Leo hoy que sin desafíos, la vida deja de ser vida, y estoy de acuerdo: se convierte en una lenta cuesta abajo hacia la muerte, en forma de agonía más o menos lenta.





Mientras suena lento, muy muy lento el maravilloso segundo movimiento del concierto para guitarra en re mayor de Vivaldi, suenan también maravillosos, pero como martillos, los versos de Gelman - Dios mío, cómo escribe este hombre!

LÍMITES – Juan Gelman

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.



Que no nos pongamos más límites que los necesarios.
Que sintamos la vida mientras la caminamos, saltando de desafío en desafío.
Que nos sangren las rodillas, si hace falta.
Que tengáis un buen día.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Cuando sangran las rodillas

Atentos a la grabación de hoy, Vladimir Horowitz toca en 1968 la primera balada de Chopin y, claro está, el Carnegie Hall entero se viene abajo.



Otro día hablaremos del Premio Cervantes de 2007, hoy me conformo con leer su poesía.

LÍMITES (Juan Gelman)

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.



Maravilloso, ¿verdad? Buen fin de semana a todos.