Así ando yo estos días. Tengo la sensación de estar haciendo algo mal con mi vida, como si al servir la copa estuviera derramando demasiado vino fuera. Menos mal que estás tú.
Raramente, este domingo está acabando mejor de lo que empezó; leo este poema suelto - le pasa un poco lo mismo, ¿verdad?
BRINDIS - Luis Jiménez Martos
Por la tierra que se hace
humedad en mi garganta.
Por la ausente y presente
vida que ya he bebido
despacio si podía.
Por la nostalgia, no.
Ni por el tiempo aquel.
Lleno mi copa, la alzo
por el sino que acepto
y tomo en esta pálida
y densa majestad
del vino que naciera
donde yo.
Me atraviese
como un poco de río.
No hay que decir su nombre.
Vaya por cuanto amo
y traspasa mi boca.
Hoy dos poemas por el precio de uno, Antonio Vega nos canta el segundo.
Sí, vuelvo a tener esa sensación de desasosiego, de andar perdido en un mundo del que dudo a cada segundo. Necesito volver a oler a especias, a sucio, a húmedo. A vida. A ver si el bonus da de sí y puede ser en noviembre.
Que tengáis un buen día.
Mostrando entradas con la etiqueta Antonio Vega. Mostrar todas las entradas
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domingo, 17 de mayo de 2009
viernes, 15 de mayo de 2009
Descubriendo (más) grandes blogs
Me doy cuenta que hace muchos meses que no dejo comentarios en los blogs por los que paseo con cierta frecuencia. Leyendo la entrada de hoy del Sr. Mondongo me he dado cuenta que al actuar así en algunos casos consigo el efecto contrario del que pretendo. También hace muchos meses que no añado ningún blog a la barra.
Vamos a intentar corregir ambas cosas, empezando hoy mismo. A vuestra derecha hay dos direcciones que no estaban ayer, son el Reino de Mondongo (a cuyo post de hoy me refería) y Rockland. Llegué a estos dos excelentes blogs a través del no menos excelente blog de mi amigo SFB72, he paseado por ellos muy a menudo y ambos son referencias extraordinarias si lo que te gusta es la música.
Hace más o menos los mismos meses que dejé de responder a los comentarios que dejáis en este blog. Me es difícil explicar el porqué, tiene que ver con algo parecido al pudor y con las razones que me mueven a escribir entradas y mantener abierto este blog. Espero que nadie lo haya interpretado como una muestra de mala educación. Si así hubiera sido en algún caso, pido disculpas. Salvo en una ocasión en que un gilipollas dejó un mensaje igual de gilipollas (y que borré sin contemplaciones porque si en general no me importa que me insulten, lo que no soporto es que lo hagan en mi casa), todos los mensajes que habéis dejado han sido bien agradables, bien muy agradables, bien muy muy agradables de leer. Por lo tanto, dejad escrito cuanto tengáis a bien si tenéis a bien - este blog, como mi casa, desde que nació y hasta que desaparezca estará abierto a todos aquellos que pasean por esta vida sin empujar y cediendo el paso cuando toca, que es casi siempre. Y no tiene activada la opción de censura previa a los comentarios. Sólo pido que no se empuje a nadie con ellos.
Añadiré más links a buenos sitios para pasear en forma de blogs sobre música, poesía y otras cosas que me interesan.
Y no borro el link al durmiente blog de Toni (Bienvenidos a mi desordenada habitación) por dos razones: una, porque lo único que tengo costumbre de borrar son los malos recuerdos; y dos, porque confío en que el día menos pensado se anime a reabrirlo.
Siguen sonando en mi cabeza la poesía (No me iré mañana / no sin nadie más que conocer... / Caminos hacia el frío / calor futuro, / mirar este mundo en paz / y nunca de reojo más) y la música de Antonio Vega.
Que tengáis un buen día.
Vamos a intentar corregir ambas cosas, empezando hoy mismo. A vuestra derecha hay dos direcciones que no estaban ayer, son el Reino de Mondongo (a cuyo post de hoy me refería) y Rockland. Llegué a estos dos excelentes blogs a través del no menos excelente blog de mi amigo SFB72, he paseado por ellos muy a menudo y ambos son referencias extraordinarias si lo que te gusta es la música.
Hace más o menos los mismos meses que dejé de responder a los comentarios que dejáis en este blog. Me es difícil explicar el porqué, tiene que ver con algo parecido al pudor y con las razones que me mueven a escribir entradas y mantener abierto este blog. Espero que nadie lo haya interpretado como una muestra de mala educación. Si así hubiera sido en algún caso, pido disculpas. Salvo en una ocasión en que un gilipollas dejó un mensaje igual de gilipollas (y que borré sin contemplaciones porque si en general no me importa que me insulten, lo que no soporto es que lo hagan en mi casa), todos los mensajes que habéis dejado han sido bien agradables, bien muy agradables, bien muy muy agradables de leer. Por lo tanto, dejad escrito cuanto tengáis a bien si tenéis a bien - este blog, como mi casa, desde que nació y hasta que desaparezca estará abierto a todos aquellos que pasean por esta vida sin empujar y cediendo el paso cuando toca, que es casi siempre. Y no tiene activada la opción de censura previa a los comentarios. Sólo pido que no se empuje a nadie con ellos.
Añadiré más links a buenos sitios para pasear en forma de blogs sobre música, poesía y otras cosas que me interesan.
Y no borro el link al durmiente blog de Toni (Bienvenidos a mi desordenada habitación) por dos razones: una, porque lo único que tengo costumbre de borrar son los malos recuerdos; y dos, porque confío en que el día menos pensado se anime a reabrirlo.
Siguen sonando en mi cabeza la poesía (No me iré mañana / no sin nadie más que conocer... / Caminos hacia el frío / calor futuro, / mirar este mundo en paz / y nunca de reojo más) y la música de Antonio Vega.
Que tengáis un buen día.
martes, 12 de mayo de 2009
Legados

Hoy ha muerto ese chico triste y solitario. Adios, Antonio, adios. Nos ha encantado tenerte por aquí, a ver si nos vemos por allí; si es que hay un allí, y el adios se convierte en un hasta luego. Nos dejas música y poesía de la que se escribe con mayúsculas y en nombre de nuestros hijos aceptamos la herencia, claro. Para muestra un botón, por si alguien lee esto y no sabe quién eres.
Adios, hasta luego, qué más da. Gracias por todo, ha sido un honor, nos queda tu ser en forma de música y poesía. En mi religión, eso equivale a una subida directa a los altares.
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