domingo, 22 de noviembre de 2009

De rodillas





Tremenda mujer, tremendo concierto.

No tengo palabras, pero desde anoche tengo una Diosa más en los altares. Razones: para muestra, un botón -- y yo, a dos metros del micro.




Le voy a dedicar a este pedazo de mujer un pedazo de poema.

Escribo en el olvido - Juan Gelman

Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.

Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.


Gracias, Imelda. Que Dios te conserve la música.

Que tengáis un buen día.

1 comentario:

Ginebra dijo...

Me alegro de que hayas disfrutado con el arte sublime de Imelda. Bonito poema, gracias. Besos