sábado, 15 de noviembre de 2008

La desnudez del alma

¿Qué hace de algunas frases más o menos rimadas verdadera poesía? ¿Qué hace de unos párrafos más o menos ordenados verdadera literatura? A menudo me lo he preguntado, y aunque no tengo la respuesta, intuyo que fundamentalmente tiene que ver con la honestidad del escribiente, o sea con su sinceridad. Porque cuando un escritor no es honesto consigo mismo, y se miente, y nos miente a sus lectores, escribe frases más o menos rimadas y aparentes, que no son mas que eso; pero cuando escribe lo que siente, cuando comparte sus emociones y sentimientos, mostrándonos con sinceridad una parte de su alma, entonces escribe lo que percibimos como poesía o en sentido más amplio como literatura. Porque percibimos el alma del poeta a través de sus versos que leemos en voz baja y así hacemos nuestros.

Hoy ha caído en mis manos esta gran poesía.

LA LUNA – Jorge Luis Borges

(A María Kodama)

Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.



Increíble, ¿verdad?

Y hablando de sinceridad, suena el cuarto movimiento (Adagio lamentoso) de la Sexta Sinfonía de Tchaikowski. Al frente de la NHK Symphony Orchestra, Charles Dutoit.




La obra es conocida desde que fue así bautizada por su hermano como la "Patética". Cuentan las crónicas que la composición de esta obra hizo derramar muchas lágrimas al autor por cuanto sentía la necesidad de escribir su «obra más sincera» a modo de testamento vital, y ello incluía abordar musicalmente sus sentimientos de su inconfesada homosexualidad desde un ángulo no exclusivamente dependiente de su estado depresivo: y así fue, porque lo intuyera o no, fue la última que escribió.

Tchaikowski dijo de esta obra: “La quiero como no he querido nunca a ninguna de mis partituras… No exagero, toda mi alma está desnuda en esta sinfonía”.

Por coherencia, la sinfonía no acabaría con el habitual allegro, sino con un lento y triste adagio. En una de sus últimas cartas, afirmaba que la música estaba impregnada de un sentimiento que hacía pensar en un réquiem - fuera o no un presentimiento, el músico murió nueve días después de ser estrenada: dicho sea de paso, sin demasiado éxito.

El final del movimiento es probablemente el mejor final de sinfonía que se ha escrito jamás.

Con ello os dejo. Que tengáis un buen fin de semana.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Pués sí. La poesía verdadera es la que expresa el sentimiento del autor cuando éste desnuda su alma. Se lee con el corazón y se entiende con la sensibilidad. La poesía verdadera es un tesoro al alcance de todos, pero no todos saben ver.
Un beso.

Jesús María dijo...

"La poesía verdadera es la que expresa el sentimiento del autor cuando éste desnuda su alma", es cierto. Hermoso