jueves, 3 de septiembre de 2009

Posibles e imposibles



Pienso que un sistema que predetermina los imposibles definiéndolos a contrario sensu, se ríe de los soñadores y premia solamente al primero en dar la respuesta correcta es necesariamente perverso. Juan está de acuerdo conmigo; Pepe piensa que no son sino reflexiones de perdedor. Posiblemente Pepe no sabe que durante muchos años se pensó que era científicamente imposible que el ser humano pudiera correr la distancia de una milla terrestre (1.609 m.) en menos de cuatro minutos. Estudios científicos avalaban esta teoría, y auguraban efectos demoledores para el organismo de aquél que lo intentara.

Pero el 6 de mayo de 1954, el atleta británico Roger Bannister corrió la milla en 3:59 en las pistas de Iffley Road, en Oxford (Reino Unido). Y entonces ocurrió algo insólito: el 21 de junio de ese año, el australiano John Landy había rebajado el record a 3:58 en Turku (Finlandia), a lo largo de 1954 mismo año otros tres atletas bajaron de los cuatro minutos y a finales de 1955, eran ya veintisiete los atletas que habían corrido la milla en menos de cuatro minutos. Hoy son cientos los atletas que han demostrado lo desacertado de aquellos estudios científicos.

Y es que desde pequeños moldean nuestros cerebros de manera que se parecen mucho más al de Pepe que al de Juan, de manera que tienden a no poner en duda las verdades y dogmas que nos enseñan desde pequeños y a clasificar como imposibles cosas que no lo son. Hasta que alguien rompe los moldes, y abre la brecha - a la que luego nos apuntamos. Hoy que el planeta está cartografiado, no nos quedan más tierras que descubrir que las que llevamos dentro.

La lección: a menudo la vida de una persona no es una coincidencia, ni una consecuencia, sino un reflejo de la persona. Hace años que Machado lo dijo de otra manera (Caminante, son tus huellas el camino, y nada más / caminante, no hay camino, se hace camino al andar... /). Nada importa sino el camino que primero te marcas, y luego recorres, lo que haces y lo que te vas dejando por el camino; lo que vas decidiendo a cada instante en la medida en que puedes decidir –y en lo demás, el si te dejas llevar (y el cómo) por el río de la vida, el que te va tocando.

Suena de fondo, absolutamente estratosférico, Mike Farris.





La foto está tomada por mi hermano favorito a principios de agosto de este año en los montes del Alto Bierzo (León). Que tengáis un buen día.

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