martes, 24 de noviembre de 2009

Imaginación, Deseos y Utopía (en mayúsculas)



Hoy Pedro me ha pasado esta grabación: es un discurso pronunciado en 2008 por la tipa de la foto - que a su vez es la autora de la saga de Harry Potter y lleva por nombre J.K. Rowling - en la Universidad de Harvard, y lleva por título "The Fringe Benefits of Failure, and the Importance of Imagination (Las retribuciones del fracaso y la importancia de la imaginación)". Gracias, Pedro.

Podéis acceder al texto original (en inglés) del discurso en el siguiente link.
http://harvardmagazine.com/commencement/the-fringe-benefits-failure-the-importance-imagination

Son 20 minutos de discurso demoledor e inteligente, y no sobra ni falta uno. Habla una mujer de 42 años, hija de "unos padres que provenían de un ámbito empobrecido y de quienes nunca habían ido a la universidad" y que interpretaron su "imaginación hiperactiva como una rareza singular que jamás iba a pagar la hipoteca o asegurar una pensión de jubilación", quien 21 años después de graduarse recuerda que más temía en aquel momento no era la pobreza, sino el fracaso.

Una mujer que a los 28 años se consideraba a sí misma "un fracaso a escala épica", tras encontrarse en paro, tras un matrimonio excepcionalmente corto, con una hija, y "tan pobre como se puede llegar a ser en Gran Bretaña sin ser un 'sin techo'". La autora afirma que solamente entonces dejó de engañarse a sí misma, y a dirigir toda su energía en terminar la única obra que me importaba. Escuchad lo que dice, y cómo lo dice, por favor.

Por si alguno de mis queridos cuatro gatos lastimados y relamidos no entiende el inglés, os traduzco (lo mejor que sé) lo que me ha parecido más relevante:






Dice así: "Si hubiese triunfado en cualquier otro ámbito, no habría encontrado la determinación de triunfar en el único ámbito al que yo creía realmente pertenecer. Con el fracaso me había liberado, porque mi mayor temor ya se había hecho realidad, y todavía seguía viva, y tenía una hija a la que adoraba, una vieja máquina de escribir y una gran idea. Al tocar fondo, encontré una base sólida a partir de la cual pude reconstruir mi vida.

…()...
Puede que nunca fracasen a la escala que yo lo hice, pero una cierta dosis de fracaso es inevitable en toda vida. Es imposible vivir sin fallar en algo, a menos que vivan con tanto cuidado que no vivan del todo, en cuyo caso fracasarán por omisión. El fracaso me dió la seguridad interna que nunca obtuve aprobando exámenes con nota. El fracaso me enseñó cosas de mí misma que no podría haber aprendido de ninguna otra manera.

...()…
Si me dieran una máquina del tiempo, volvería atrás y le diría a mi anterior yo de 21 años que la felicidad consiste en saber que la vida no es una suma de logros. Tus notas o tu currículum vitae no son tu vida. La vida es difícil, y complicada, y escapa al control de uno.

…()…
La imaginación no es solamente la excepcional capacidad humana de prever aquello que no existe o no es, y por ello la fuente de toda invención e innovación. Es también un poder que nos permite empatizar con humanos cuyas experiencias personales nunca hemos compartido….()...A diferencia de cualquier criatura de este planeta, los humanos pueden aprender y comprender las cosas sin tener que experimentarlas en carne propia. Pueden proyectarse en las mentes de otras personas, imaginarse que están en otros lugares. Por supuesto, éste es un poder moralmente neutral. Uno puede usar dicha habilidad para manipular o controlar tanto casi como para comprender o empatizar.

…()...
Y muchos prefieren no usar su imaginación. Eligen mantenerse cómodos dentro de los límites de su propia experiencia, sin molestarse a pensar cómo se sentirá haber nacido como otra persona. Pueden rehusarse a escuchar los gritos de los demás, o a asomarse dentro de las jaulas de los otros; pueden cerrar sus mentes y sus corazones a cualquier clase de sufrimiento que no los toque de forma personal; pueden negarse a saber.

…()…
Aquellos que eligen no empatizar pueden llegar a convertirse en auténticos monstruos. Porque si no nos comprometemos ante los actos de maldad obvia a que asistimos, somos silenciosamente conniventes con el mal a través de nuestra apatía.

Una de las tantas cosas que aprendí al final del pasillos de Literatura Antigua que merodeaba cuando tenía 18 años, en busca de algo que aun no podía definir, era esto, escrito por Plutarco, el autor griego: Lo que logramos internamente cambiará nuestra realidad externa. Es una declaración asombrosa y aun así comprobable miles de veces a lo largo nuestras vidas. Expresa, en parte, la ineludible conexión con el mundo exterior y el hecho de que podemos influir en la vida de otras personas simplemente porque existimos.

¿Cuántos de ustedes, los graduados de Harvard de 2008, serán capaces de influir en la vida de otras personas? Su inteligencia, su capacidad para el trabajo, la educación que se ganaron y que han recibido, les dan un estatus único, y también responsabilidades únicas. Incluso su nacionalidad los distingue. La gran mayoría de ustedes pertenecen a una de las pocas superpotencias mundiales que quedan. La manera en que votan, la manera en que viven, la manera en que protestan, la presión que hacen a su propio gobierno tiene un impacto que va más allá de sus fronteras. Ese es su privilegio, y esa es su carga.

Si eligen aprovechar el estatus y la influencia que tienen para elevar las voces por aquellos que no tienen voz; si eligen no identificarse con los poderosos, sino con los impotentes; si mantienen la habilidad de imaginarse a sí mismos dentro de las vidas de aquéllos que no tuvieron sus ventajas, entonces no solo serán sus orgullosas familias los que celebrarán su existencia, sino miles y millones de personas cuya realidad ustedes habrán ayudado a transformar - a mejor. No necesitamos magia para cambiar el mundo, porque tenemos todo lo que necesitamos para cambiar el mundo dentro de nosotros mismos: tenemos el poder imaginar un mundo mejor. [We do not need magic to change the world, we carry all the power we need inside ourselves already: we have the power to imagine better.]

…()...
Y mañana, cuando ya no recuerden una sola palabra de las mías, espero que recuerden las de Séneca, uno de esos viejos romanos que conocí cuando huía a los pasillos de Literatura Antigua, en refugio de carreras más prometedoras, en busca de sabiduría remota.

Como un cuento, así es la vida: no importa cuan larga sea, sino cuan buena.

Les deseo a todos que tengan una vida muy buena. Muchísimas gracias."


Suena, por supuesto, el Imagine de John Lennon.




Como siempre, que tengáis un buen día. La suma de muchos equivale a una buena vida.

3 comentarios:

sanfreebird72 dijo...

genial entrada Fernando y sabias palabras las de la escritora que fracasó y luego triunfó.

TONI dijo...

Brutal y demoledor.
Uno de tus posts que más me ha hecho reflexionar.
Saludos!

Javier dijo...

Hace poco me he leído el último de Harry Potter, y la verdad es que me gustó mucho.
Sabía que había tenido muchos problemas antes del éxito, pero no tenía ni idea de que fuera una persona tan profunda.
En este te sales, brodel