lunes, 12 de octubre de 2009

Conectar, desconectar




Me doy cuenta que hace dos semanas que no cuelgo entradas. Lleva razón SanFreeBird72 cuando me dice que voy derrapando de curro, pero en realidad es síntoma de algo peor: de que no encuentro tiempo para desconectar de matrix, para quitarme las gafas mágicas que me permiten creer que lo que veo en el hormiguero es real.

Reacciones de supervivencia, como leer o escribir una poesía; o respirar en el silencio que sigue al final del microsurco por el que se ha deslizado la aguja del placer lenta y pausadamente, respirar dulce, lenta y acompasadamente hasta diluir todo vestigio de ansiedad y disolverse en el agua del silencio que te llena por dentro hasta que rebosa arrastrando los posos de la angustia que se pegan a la piel postiza.

Posiblemente no hace ni 6000 años que el ser humano escribe. Unos miles de años más tarde, los egipcios inventaron las primeras formas escritas de poesía, y algo más tarde los chinos la acercaron al concepto actual. Varios cientos de años más tarde nació Gabriel Celaya, quien nos dejó hace menos de 20 años dejando tras de sí poemas como éste.

Hasta la muerte - Gabriel Celaya

En el paisaje oscuro
oigo tu voz, tu voz,
tu larga voz de espesas
caricias resbaladas,
mojadas y olorosas.

La noche me suspende
en un vuelo pausado
e, inmóvil, pone en vilo
lo que el hombre no entiende:
tu voz, tu voz querida
hundiéndome en lo ausente.

Uno cierra los ojos
(¡me da miedo mirarte!);
uno tiende las manos
-aves heridas y leves-,
y en sus raíces siente
que tú eres y no eres.


Dentro de unos años me iré, como todos. Antes, quiero hacer varias cosas. Hoy he empezado a escribir mi primera novela.

Os dejo con el tercer corte de uno de los mejores discos de la historia.




Que tengáis un buen día.

1 comentario:

Ginebra dijo...

Ya va siendo hora de que te "dejes caer", Delamata, ni nos hablas, y mucho me temo que tampoco nos oyes... estás desconectado, pero creo que por la mejor causa posible: escribir una novela. ¡He fantaseado tantas veces con esa idea! pero me temo que no será posible.
Te deseo suerte y espero poder comprar tu libro en la librería en cuanto se edite... Me encantaría, como también tomar un café en el bar que soñaste un día, ¿recuerdas??.
Bonito poema. Besos