miércoles, 31 de diciembre de 2008

Último día del año (2008)

Suave, suave, como las notas de este piano, como los latidos del alma, me despido del 2008...





Feliz entrada de año, amigos.

martes, 30 de diciembre de 2008

Penúltimo día del año (2008)

...Every living thing could use a little mercy now / Only the hand of grace can end the race / Towards another mushroom cloud / People in power, well / They'll do anything to keep their crown / I love life, and life itself could use some mercy now / Yeah, we all could use a little mercy now / I know we don't deserve it / But we need it anyhow / We hang in the balance / Dangle 'tween hell and hallowed ground / Every single one of us could use some mercy now.




Feliz día.

lunes, 29 de diciembre de 2008

domingo, 28 de diciembre de 2008

Último domingo del año

Got a feeling inside (Can't explain) / It's a certain kind (Can't explain) / I feel hot and cold (Can't explain) / Yeah, down in my soul, yeah (Can't explain) / Can't explain / I think it's love / Try to say it to you / When I feel blue...

But I can't explain





Que tengáis un buen día.

sábado, 27 de diciembre de 2008

El día después

I know that a man ain't supposed to cry / But these tears I can't hold inside / Losin' you would end my life you see / Cause you mean that much to me




Que tengáis un feliz día.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Día de Sant Esteve

...too slow and short to hit the peaks / so lost and alone - trying to get home / trying to get home / like broken stones - all trying to get home.



Feliz día de Sant Esteve.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Día de Navidad

En 1991 andaba yo por las tierras de Flandes, quemando el cuentavueltas noche tras noche y gritando al cerrar los locales "...Never cared for things they say...Never cared for games they play...Never cared for what they do ...Never cared for what they know..." - hoy soy lo que soy, supongo que desde fuera se me percibe como un tipo más o menos “formal”.

Hoy al mediodía hemos ido a misa con los niños (a pesar de mi eterna fama de azufrito, desde hace unos vuelvo a ir a la iglesia el día de Navidad), y me he visto no sólo "formal", sino (¡¡HORROR!!) "mayor". Me han llamado de usted y me he sentido "mayor". Hemos comido con la familia y me he visto "mayor". Me he acordado de las navidades de mi infancia y me he visto "mayor".

Supongo que lo bueno de hacerse “mayor” es que cada vez te importan menos un número creciente de cosas, que sabes que puedes prescindir de casi todo, que la Navidad es de los niños, y que sin ellos no hay nada que celebrar. Supongo que eso es lo que te da la edad, la capacidad de distinguir los accesorio de lo principal, de saber que lo bueno del día de Navidad es que puedes emocionarte mientras cantas villancicos con tus príncipes en las rodillas (…panses i figues, i mel i mató…), y disfrutar de sus risas mientras cenan con su prima, y taparles bien con la manta al llevarles a la cama (¿alguien conoce el equivalente al verbo francés border?) mientras les das un beso y les deseas "Feliz día de Navidad", y te enseñan los dientes de leche, y cierran los ojos y se te abrazan y te acarician la mejilla, y se duermen con la sonrisa puesta, y tú no puedes quitártela ya de la cara.

Y lo demás, pues eso, never cared. Qué queréis que os diga, si antes me importaba poco lo que la gente dijera, ahora ni os cuento.




Me chifla esta canción. Feliz día de navidad.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Viviendo la vida (os deseo Feliz Navidad)

Mis recuerdos de infancia relativos a la Navidad empiezan siempre el 22 de diciembre. Ese día, cada año, nos subíamos pronto al coche para ir a pasar las fiestas en familia. Recuerdo sobretodo aquel Seat 132 de carrocería azul oscuro y tapicería granate. Yo solía sentarme detrás del conductor, y disfrutaba mirando por la ventanilla y también con el movimiento del brazo y la mano derecha de mi padre, aquella mano tan grande y bonita, la de la alianza, mientras cambiaba las marchas en aquel cambio con el pomo pequeño, redondo y negro. Eran ocho horas de carretera, y las primeras transcurrían al compás de Luis del Olmo y los niños de San Ildefonso. Luego, largos días de vacaciones hasta el 2 o el 3 de enero, fecha en que volvíamos a Barcelona.

Los primeros días, solía pasear con el jefe por la Gran Vía madrileña y acercarme con él primero a la Casa del Libro y luego, bajando por Preciados, a la Puerta del Sol. Los recuerdo bien, eran días de sol blanco, cielo azul y frío seco. Hace más de treinta años ya de eso, pero por alguna razón pensé en ello cuando la semana pasada el jefe me hizo llegar estas frases atribuidas a Chaplin que circulan por internet - he modificado algo la traducción para hacerla menos literal -, y vuelvo a pensar en ello hoy al oir la letanía de los niños de San Ildefonso.

Con la venia y muchas gracias, jefe - por los párrafos de Chaplin y sobretodo por los buenos recuerdos.

LIFE (Charlie Chaplin)

I already forgave almost unforgivable mistakes, I tried to substitute irreplaceable people and to forget unforgettable people.
I already made things for pulse, I already disappointed myself with people when I never thought me to disappoint, but I also disappointed somebody.
I already hugged for protecting, I already laughed when it was not able to, I made eternal friends, I loved and I was loved, but I was also rejected already, I was loved and I didn't love.
I already screamed and I jumped of so much happiness, I already lived of love and I made eternal vows, I "broke the face" a lot of times!
I already regretted hearing music and sells pictures, I already called only for listening a voice, I only fell in love with a smile, I already thought that will miss very much and I was afraid of losing somebody special (and I ended up losing)! But I lived! It is still alive! I don't go by the life... and you should not also pass! Live! Good same it is to go to the fight with determination, to hug the life and to live with passion, to lose with class and to expire with daring, because the world belongs to who dares and the life is A LOT to be insignificant.



(traducción libre)

VIDA

Ya perdoné errores casi imperdonables, traté de sustituir personas insustituibles, y de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso, ya me decepcioné con personas que creí que no me decepcionarían, también yo decepcioné a algunos.
Ya abracé para proteger, ya me reí cuando no podía, ya hice amigos eternos, amé y fui amado pero también fui rechazado, ya fui amado sin corresponder a tal amor.
Ya grité y salté de felicidad, ya viví del amor e hice juramentos eternos, para reomperlos muchas veces después.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos, ya llamé sólo para escuchar una voz, ya me enamoré de una sonrisa, ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y tuve miedo de perder a alguien especial (y termine perdiéndolo), ¡pero sobreviví! ¡Y sigo todavía vivo! No paso por la vida, y tú tampoco debería limitarte solamente a pasar. ¡Vive! Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión, perder con clase y morir con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es DEMASIADO para ser insignificante.


Me tomo unos días de vacaciones. Os dejo con una escena de la fabulosa película de Louis Malle "Ascenseur pour l'Échafaud", cuya todavía más fabulosa BSO compuso Miles Davis en una noche en los estudios de Poste Parisien improvisando a partir de un par de acordes mientras visionaba una y otra vez la película en compañía de Louis Malle y Jeanne Moreau. Es la BSO perfecta, porque Miles (o su trompeta, o los dos porque en realidad son uno) se convierten en un personaje más, y no de los secundarios. Arreglos superlativos por discretos y exquisitos, Miles en su momento álgido, la sordina sonando cuando tiene que sonar, la piel del labio adherida a la boquilla que distorsiona el "Dîner au motel", el grandísimo Pierre Michelot al contrabajo y el todavía más grande Kenny Clarke a la batería. De la película a la melodía, de la melodía a la película...





Fue el primer disco de jazz que cayó en mis manos, es una obra maestra que merece por sí misma una estantería y justifica toda la vida de un músico. He escuchado este disco muchos cientos, quizá miles de veces - os lo dejo a modo de regalo de Navidad y os deseo a todos que paséis unas muy felices fiestas en compañía de vuestros seres queridos, los que están en este mundo y los que no.

A los que me dejáis vuestro cariño en forma de comentarios, lo cual me permite nombraros aquí (Ginebra, San Free Bird, Toni, Tibidabo 70, Javier, Il Cavaliere, Camille, Pasaje a la India, Princesa Inca, Arena, espero que no os enfadéis porque un día decidiera dejar de responder a vuestros comentarios en el blog) y a los que no (Wife, Sister, Carlos, Marcial y los paseantes desconocidos); a todos vosotros y a los vuestros, os deseo una muy Feliz Navidad y para el año nuevo que empieza solamente tres cosas: 1) mucha salud, 2) paz de espíritu y 3) que a lo largo del 2009 se cumplan vuestros deseos.

Yo aprovecharé estos días para descansar algo (que falta me hace), y para pensar reposadamente alrededor de mi Vida y la de los míos, y en especial en lo que me falta por hacer - no hago mas que darle vueltas a una frase de Gandhi que dice: "Sé lo que quieres cambiar en el mundo".

Nos vemos en unos días. Hasta pronto, amigos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Contigo (hoy hace 10 años)

Me ha costado casi media vida, pero me ha ocurrido. Visto con la adecuada perspectiva, me doy cuenta de que es un maravilloso milagro. Hace unos años no hubiera yo apostado un duro por ello, pero claro está, no estamos hablando de querer en el sentido volitivo, sino en el de saber que quieres. Que quieres pasear por la vida de la mano de alguien, y compartir tu vida con ese alguien y sólo con ese alguien.

Ya digo, un milagro - casi cuarenta años he tardado en aprender que Sabina tiene razón: el amor, cuando no muere mata.




Hoy hace diez años. Canto esa canción que tanto odiabas, y que sigo suscribiendo palabra a palabra porque es un himno, una declaración y la única condición que (me) impongo - porque he recuperado el volante y sé que quiero vivir mi vida, y de qué manera y, desde luego, con quién.

Contigo. Si (me) quieres. Aquí estoy.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Deberes desconocidos...

...como los de este formidable poema, de esos que tenemos porque no queremos tener.


AMOR - Antonio Gamoneda

Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí,
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz,
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.



Última semana antes de navidad, así que suave suave, compañeros. Suena de fondo Chet Baker - y suena fabulosamente bien.



Que tengáis un buen día.

domingo, 14 de diciembre de 2008

El precio de la felicidad (o de cuando Dios baja a la tierra)

Marcial me ha hecho llegar esta poesía de Luis García Montero, a quien conocía solamente por ser “marido de” y por el follón que (se) montó hace poco en la Universidad de Granada al hilo de una querella entre compañeros del departamento por la que le condenaron. El poema es precioso, como dice Marcial habla de aquello que evoca también Sabina en una canción (No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió...). Seguiré explorando en la obra de este poeta que pinta tan bien.

AUNQUE TU NO LO SEPAS

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuando te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.


Suena la Sinfónica de la ciudad de Birmingham con Simon Rattle a la batuta en una versión sencillamente bestial del final de la segunda de Mahler.



Dios bajó a la tierra a inspirar a Mahler cuando escribió esto (o quizás es que estaba por aquí) y sigue bajando en las contadas ocasiones que se interpreta como lo hacen Rattle y la CBSO. El disco está disponible en amazon.com, el precio de la felicidad es tan sólo 18 euros y medio, y me consta que los Reyes están de compras estos días para aquellos niños que han sido buenos durante el año, tengan la edad que tengan.



Buen fin de semana a todos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Querer, saber (lo innombrable)

Paciencia es todo lo que hay que tener para relajarse mientras esperas que pasen los 40 primeros segundos de esta grabación, que son los que tarda en sonar el cello de Mischa Maisky.




La semana que viene hará diez años que dije en voz alta: “SI, QUIERO”, saliendo así del gran anónimo. Mientras suena el cello de Maisky, pienso en el rasgo diferencial de este contrato tan atípico que es el matrimonio, y solamente se me ocurre que es el compromiso. Se parece a otros contratos de convivencia en que además hace falta paciencia para regar la planta con gestos, miradas, palabras y caricias – y también libertad, y mucha ilusión en hacerlo. Pero exige ese plus al que voy a llamar compromiso porque no soy capaz de encontrar una palabra mejor para definir ese estado del ánimo que te hace sentir que "sabes", que "comprendes" lo innombrable, y que te hace querer repetir "si, quiero", porque quieres. Se me antoja que lo demás viene antes, o después, porque bien es causa, bien consecuencia de ese compromiso.

También exige (a semejanza de otros contratos de convivencia que, al menos en abstracto, no son ni mejores ni peores) hambre de vida, y de música, y claro está, de poesía - como ésta que te dedico, que me dedico, que nos dedico.


POESÍA – Pedro Salinas

¿Tú sabes lo que eres
de mí?
¿Sabes tú el nombre?
No es
el que todos te llaman,
esa palabra usada
que se dicen las gentes,
si besan o se quieren,
porque ya se lo han dicho
otros que se besaron.

Yo no lo sé, lo digo,
se me asoma a los labios
como una aurora virgen
de la que no soy dueño.
Tú tampoco lo sabes,
lo oyes. Y lo recibe
tu oído igual que el silencio
que nos llega hasta el alma,
sin saber de qué ausencias
de ruidos está hecho.

¿Son letras, son sonidos?
Es mucho más antiguo.
Lengua de paraíso,
sanes primeros, vírgenes
tanteos de los labios,
cuando, antes de los números,
en el aire del mundo
se estrenaban los nombres
de los gozos primeros.

Que se olvidaban luego
para llamarlo todo
de otro modo al hacerlo
otra vez nuevo son
para el júbilo nuevo.
En ese paraíso
de los tiempos del alma,
allí, en el más antiguo,
es donde está tu nombre.

Y aunque yo te lo llamo
en mi vida, a tu vida,
con mi boca, a tu oído,
en esta realidad,
como él no deja huella
en memoria ni en signo,
y apenas lo percibes,
nítido y momentáneo,
a su cielo se vuelve
todo alado de olvido,
dicho parece en sueños,
sólo en sueños oído.

Y así, lo que tú quieres,
cuando yo te lo diga
no podrá serlo nadie,
nadie podrá decírtelo.
Porque ni tú ni yo
conocemos su nombre
que sobre mi desciende,
pasajero de labios,
huésped
fugaz de los oídos
cuando desde mi alma
lo sientes en la tuya,
sin poderlo aprender,
sin saberlo yo mismo.



Hoy sigo diciendo SI, QUIERO. Hoy sigo diciendo: t’estim. Que (nos) dure.

martes, 9 de diciembre de 2008

Razones: miles




Hemos tenido que posponer (que no cancelar) el tan soñado viaje, ya me voy reponiendo; éstos que vivo son días de ilusiones partidas, demasiado trabajo y corazones muy próximos rotos. No me quejo (ya). Razones, miles. Por ejemplo, que leo este poema y pienso que hace tan sólo unas horas he sentido cómo me pasaba el amor de parte a parte – en el sentido más literal.

HOY ME PASA EL AMOR… (Antonio Gala)

Hoy me pasa el amor de parte a parte.
Temo encontrarte y no reconocerte.
Temo extender la mano y no tocarte.
Temo girar los ojos y no verte.
Temo gritar tu nombre y no nombrarte...

Temo estar caminando por la muerte.


Es martes, pero como si fuera lunes, así que vamos a empezar la semana con palabras mayores: suena el “Et Incarnatus est” de la Gran Misa en do menor de Mozart en la voz de Barbara Bonney, bajo la cuidadísima batuta (sobretodo en el tempo) de Sir John Eliot Gardiner.




La foto del mono está tomada en las murallas del Fuerte Jaigarh, a unos 15 km de Jaipur (Rajastán). Ya falta menos.

Que tengáis una gran semana.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Sin palabras y sin imágenes (hallazgos a la luz de una vela en una madrugada de domingo)

Con la luz apagada - suena una voz que es cualquier cosa menos apagada.




Y, cerrando los ojos, concentro mi recuerdo en las palabras de Gautama Buda, y las repito en forma de mantra:

"Hay una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo. No hay ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni causa, ni efecto, ni cambio, ni detenimiento."

Que mañana salga el sol, y que lo veamos. Que no se nos enfríe nunca la sangre. Que sigamos aspirando a esa condición en la que no hay causa ni efecto. Cierro los ojos: los dioses me envidian porque soy mortal, y porque soy feliz sabiendo que todo se acaba algún día - carpe diem, amigos.

Que tengáis un buen día.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El penúltimo mohicano - Alfred Brendel. Palau de la Música Catalana (27.11.2009)




He dejado pasar una semana desde el concierto para escribir esta entrada, tras ver y escuchar a Brendel por primera y última vez. Como a tantas cosas, llegué tarde a Brendel: mi familia era más de Kempff a la hora de las sonatas de Beethoven.

Sonó muy bien el Andante con Variazioni Hob XVII/6 de Haydn y brillante la sonata en fa mayor nº 15 de Mozart, a modo de aperitivo consistente, de esos que cualquier día del año sirven de comida, pero el estallido emocional no se produjo hasta la sonata nº 13 del op. 27/1 de Beethoven.

Fue en ese momento, en que los dedos del pianista se deslizaban fundamentalmente por la parte media del teclado, huyendo de graves o agudos demasiado fríos - en esa parte del teclado que resulta tan difícil de tocar porque es ahí donde en función de cómo acaricias el piano, éste responde de una manera o de otra - en el que el Palau entero se dio cuenta de que asistía a un acontecimiento único. Fue en ese momento cuando Brendel nos recordaba a todos el cada vez más abandonado arte de la mesura y la intensidad, del manejo cuidadoso y tímido del pedal, y el arte de hacer fácil lo difícil. Por ejemplo, de destacar notas en los acordes. Algunos vimos como, desde su busto gigante a más de diez metros del escenario, Beethoven desfruncía el ceño, sonreía primero y suspiraba después, creo incluso que le oí decir “por fin”.

Alfred Brendel nos enseñó a todos los que estábamos presentes allí por qué es uno de los últimos mohicanos, de esos seres de una raza en vías de extinción (¿quién queda vivo, además de Pollini y, sólo quizás, Sokolov o Argerich?) que desdeñan la floritura del virtuoso y encaran su devoción por la música como una religión, aunando humildad, sentimiento y sinceridad en la interpretación.

Luego vino la gran sonata póstuma D960 de Schubert, esa obra que nadie se atreve a interpretar (porque hace el papel de niño en el cuento del rey desnudo, retratando al pianista en toda su desnudez –algo a lo que casi nadie está dispuesto hoy, claro); esa obra que Schubert se sacó de la chistera un mes antes de morir y que es, sin duda, la más hermosa de las que dejó escritas para piano.

Y es que hay que ser Brendel para tocar así el Andante Sostenuto de la sonata:



Brendel afirma que deja los escenarios para hacer cosas que le interesan más, como la poesía o la simple lectura. Yo creo que se ha dado cuenta de que empieza a “no tocar como antes”. Y, como nadie más que él se ha dado cuenta, no quiere que pase ni un mes más, porque no quiere seguir el (mal) ejemplo de otros ilustres músicos que le precedieron y a los que no pondré nombres.

A cada aplauso correspondió con idéntico gesto adusto, humilde, con esa sonrisa de gentil buenhombre y esa mirada joven (a pesar de la enorme graduación de sus lentes), limpia y hermosa que no puedes obviar ni siquiera desde el segundo anfiteatro. Tras la gran sonata de Schubert, tres bises a cada cual mejor, cerrando con Bach en una especie de vuelta a los orígenes.

Se me saltan las lágrimas todavía hoy. Adios, maestro, adios. Ha sido un honor estar en el Palau el día de tu despedida.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Pasadlo bien, que la noche es larga

El otro día Pasqual Maragall al cerrar la presentación de sus Memorias en el Palau, decía: pasadlo bien, que la vida es corta y la noche es larga.

Mozart moría dejando su Misa de Réquiem en re menor (KV 626) escrita sólamente a medias, en concreto hasta el Lacrimosa. En la discusión sobre cuál es la pieza musical más sublime que se ha escrito desde que el hombre aprendió a escribir la música, están seguro el segundo movimiento del concierto para piano nº 5 de Beethoven que tiene subyugado a mi amigo San Free Bird desde que se lo oyó tocar a Pollini, o el Allegretto de la séptima de Beethoven al que mi abuelo ponía por encima de todos, o el de la quinta de Mahler que tanto le gusta a mi madre, pero desde luego no puede faltar este movimiento.

Por algo sonó en los entierros de Beethoven, Chopin y Napoleon.




Hoy suena por Alfonsina Storni, quien se suicidó en 1938 tras escribir este poema que he descubierto esta mañana.

DIENTES DE FLORES, COFIA DE ROCÍO... - Alfonsina Storni

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.



Suena también en memoria de todos los suicidas, esas gentes que se han cansado de pasear por la vida y que deciden decir aquello de: "no insistan, que he salido".

Amigos, pasadlo bien que Maragall tiene razón. La vida es corta y la noche es larga.

Que tengáis un buen día.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Cada día

Ayer hizo ocho años que nos dejó George Harrison. En su memoria, un poema de Neruda que me impresiona, como me impresiona el legado musical de este pedazo de músico con mayúsculas, y que pasó por esta vida como pienso que hay que pasar, sin muchas pretensiones, desde luego sin empujar y cediendo el paso cuando toca, que es casi siempre-



SI TÚ ME OLVIDAS – Pablo Neruda

Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.


Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


Como en el poema, Harrison fue un músico que no “quiso ser” nada más que músico; pero eso sí, quiso serlo cada día de su vida. Os dejo con su interpretación de la mejor canción de los Beatles (de la que era y es autor) en el famoso concierto para Bangladesh en el que actuaron, Ravi Shankar, Eric Clapton -¡cómo tocaba Slowhand en 1971!-, Bob Dylan, Ringo Starr, etc etc.





La grabación va especialmente dedicada a los cuatro críticos imbéciles e ignorantes que ningunearon en su día a este pedazo de músico por no vivir de la música y de los críticos, sino para ella y de espaldas a ellos. A todos esos ignorantes, que les den.

Y a vosotros, que tengáis un buen día.