domingo, 8 de marzo de 2009
Cosas que hacer antes de morir
La foto está tomada hace unos diez días en el Lago Pichola (Udaipur, Rajastán). Esa noche, en la terraza del hotel, decidí que éstas eran las cinco cosas que quería hacer antes de morir. Por si acaso, ya he empezado.
Con los dedos de una mano, y sin que el orden sea relevante:
1. Cuidar a un nieto.
2. Dar dos vueltas al mundo.
3. Escribir una buena poesía.
4. Ver de cerca todos los cuadros de Vermeer.
5. Durante algún tiempo, despertarme cn la única agenda de decidir lo que voy a leer, a escribir o a escuchar durante el día.
Tras ello, a la hora de irme, posiblemente suene en mi cabeza el violín de David Oistrach - quizás tocando este Claro de Luna y, conociéndome, es seguro que lloraré de felicidad.
Os dejo con un maravilloso poema de Gamoneda que se leía en El País de ayer.
AÚN - Antonio Gamoneda
Amé. Es incomprensible como el temor de los árboles.
Ahora estoy extraviado en la luz pero yo sé que amé.
Yo vivía en un ser y su sangre se deslizaba por mis venas y
la música me envolvía y yo mismo era música.
Ahora,
¿quién es ciego en mis ojos?
Unas manos pasaban sobre mi rostro y envejecían dulcemente. ¿Qué
fue existir entre cuerdas y olvidos?
¿Quién fui en los brazos de mi madre, quién fui en mi propio corazón?
Es extraño: solamente he aprendido a desconocer y olvidar. Es extraño:
Todavía el amor
habita en el olvido.
Que tengáis un buen día.
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3 comentarios:
maravilloso post el tuyo..no están nada mal esos deseos a la hora de hacer el último viaje..tanto como el poema que nos has dejado. Enhorabuena navegante por hacernos vivir un rato tan hermoso!.
Ya has vuelto de tu viaje... he pasado algunos días por aquí. Supongo que ha sido estupendo, la foto me gustó, una luz mágica la del amanecer, la mejor para las fotos (o la del ocaso, da igual, son prácticamente iguales).
Cinco cosas pendientes antes de morir, cinco empeños que son bastante sencillos y maravillosos precisamente por su sencillez. Espero que se cumplan para tí.
Besos y me alegro de que hayas vuelto.
Bienvenido de nuevo a la apasionante e injustamente menospreciada rutina diaria y cosmopolita... (sí, el comentario lleva una carga irónica implícita).
Leyendo tu post me vino a la cabeza ese tópico de que la felicidad está en las pequeñas cosas. Gran verdad.
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