lunes, 1 de septiembre de 2008

Hace tiempo y frío

Se puede dudar de los sueños. Se puede dudar de la existencia del cielo, o del infierno, o de Dios. Pero no se puede dudar de que nadie ha escrito en nuestro idioma como Cortázar. Nadie lo ha girado y regirado, y doblado y vuelto a doblar, para desdoblarlo del revés y reinventarlo, y de paso la literatura española y universal. Quizás por eso despreciaba don Julio al lector pasivo, al que empieza las novelas por el final o corre hasta llegar a esa última página. Para muestra, un botón.

POEMA (Julio Cortázar)

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.


Leo despacio y releo y despacio me emborracho leyendo; y leo de nuevo, ahora menos despacio, y cada vez suena diferente, "busco tu suma", "esa línea que hace temblar a un hombre" , "te arranco con delicadeza de cicatriz", "toda la mañana es la pizarra" y ese final demoledor: "hace tiempo y frío".

Y tampoco admite discusión que nadie ha cantado el aria “Casta Diva” de la ópera Norma de Bellini como la Callas. La historia es más o menos así: estamos en la Galia, durante la época de la ocupación romana, alrededor del año 50 A.C. Norma es la hija del jefe del pueblo y una gran sacerdotisa druida. Su amante, que le ha dado dos hijos, le dice que ahora ama a una joven virgen del templo.

En la escena, Norma corta una rama del muérdago sagrado y dirige su plegaria a la Luna: "Casta diva", acompañada por Oroveso y el pueblo. En un aparte, expresa el amor que sigue sintiendo por Pollione. Después, la escena queda vacía.



Sin discusión.

Que tengáis un buen principio de semana.

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