viernes, 20 de junio de 2008

El Alma (o lo que viene después de la soledad)




Hoy os regalo unas Soledades que no son las de Góngora sino las del autor favorito de mi hermana favorita.

Soledades - De "Poemas de Otros" (Mario Benedetti)

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad
después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad
ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en es sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue
hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola
si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente
después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad
conforme
pero
que vendrá después
de la soledad
a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.


Y de acompañamiento, una auténtica joya, los movimientos segundo, quinto y sexto de la Primera Suite de Cello de Bach (BWV 1007) tocada en 1991 por Rostropovich. Dicen los libros que Mstislav Rostropovich adoraba esta suite desde que, siendo casi un niño, oyó como la tocaba Pau Casals. Sin embargo, y a pesar de tocar durante décadas las 6 suites al menos una vez por semana, no se sintió listo para grabar las suites hasta que hubo cumplido 63 años. Con tal edad y en plenitud de facultades le véis en el video que os adjunto, grabado en 1991 en la Basílica de Sainte Madeleine de Vézelay.

Mirad su cara, su expresión mientras interpreta, se le ve el alma. Es la mejor grabación audiovisual que conozco; aúna razón y fantasía, y técnica pero sin licencias ni poses; y sobre todo alma, mucho alma.



II. Allemande



V. Minueto



VI. Gigue



Es la diferencia entre tocar una pieza e interpretarla, que pasa por ejecutarla una y otra vez hasta apropiarte de ella, interiorizarla, sentirla propia primero y luego parte de tí. Rostropovich no está tocando ni interpretando para nadie, intuyo que ni siquiera para sí mismo. Interpreta, igual que respira, a la vez que siente.

Desde hace un año, yo creo en la existencia del cielo; porque si no existía cuando nos dejó, lo inventaron entonces -aunque solo fuera para él.

Que tengáis un buen fin de semana.

4 comentarios:

Camille Stein dijo...

es la única forma honesta de interpretar la vida, con esa interiorización de la que hablas

gracias por Benedetti, por Bach y Mstislav...

un abrazo

Ginebra dijo...

Delamata, el poema es excepcional: una soledad sentida y nada dolorosa, asumida... es fantástico!!!!. La música el mejor acompañamiento a este poema que no conocía.
Que pases buena noche.

tibidabo70 dijo...

lo mejor de Rostropovich es que no toca sino interpreta (sic) a Bach.
Las soledades las conocemos. Feliz fin de semana.

TONI dijo...

Preciosa interpretación de Rostropovich. Llevo escuchándola una y otra vez toda la mañana.

Muchas gracias por compartir tu sensibilidad con todos nosotros!