lunes, 26 de enero de 2009

Temed a las jaulas (carta a mis príncipes)



Mis príncipes: no temáis a la vida,
ni al dolor,
ni a la muerte.

No temáis a los gozos,
ni a los sueños,
ni a las sombras.

No temáis a los hombres,
ni a los Dioses,
ni a los que hablan en nombre de ellos, ni de Ellos.

No temáis a nadie,
sino a vosotros.
No temáis a nada,
sino a las jaulas.

No temáis nunca perderos en vuestros sueños,
ni vivir conforme a ellos. Al contrario,
vivid en y por vuestros sueños, y soñad con la vida
a cada instante, mientras la vivís.

Temed solamente a las jaulas,
de manera geométricamente proporcional
al valor del metal con que están hechos
sus barrotes.

Y si os véis alguna vez dentro,
no consintáis jamás que la edad, o la costumbre, o ambas cosas
acaben por haceros aceptar los barrotes, a fuerza
de empuñarlos.

Temed solamente a las jaulas, y
no consintáis jamás que vuestros sueños y opciones de vida,
cedan ante un barrote, o ante el recuerdo, el cansancio,
ni ante el deseo.

Sabed que no todas las lágrimas son amargas,
y llorad sin miedo, hasta que no os quede dentro
ni una sola lágrima de las negras.

Combatid la injusticia y la mentira,
luchad por cada ideal, por cada caricia,
por cada sonrisa,
por cada nota y por cada poema,
como si en ello os fuera la vida.

Porque si un día dejáis de luchar y aceptáis los barrotes,
ese día dejaréis de ser libres,
y moriréis en vida.


Voy a dedicar a mis príncipes, y a todos los príncipes del mundo esta impresionante interpretacíón de la celebérrima Toccata y Fuga en Re menor de Bach de la mano de Karl Richter. Subid el volumen sin miedo, cerrad los ojos y dejaos llevar - por mucho que la hayáis escuchado antes, dadle una nueva oportunidad: son nueve minutos de gloria.



De esta pieza dijo una vez Stokowski que era "como una vasta rebelión de la naturaleza", y que "daba la impresión de inmensas nubes blancas y tormentosas -como las que a menudo flotan en el aire del Sena- o la monumental majestuosidad del Himalaya. La Fuga está comprendida en el marco de la Toccata, que la precede y la sucede". Y estoy de acuerdo: esta fuga es una de las obras más inspiradas del compositor que reinventó la música hace ahora unos trescientos años.

Que tengáis un buen día. Y que no nos gusten nunca demasiado los barrotes, por muy de oro que sean.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Porque si un día dejáis de luchar y aceptáis los barrotes,
ese día dejaréis de ser libres,
y moriréis en vida.
Es una verdad tremenda y el poema es un canto magnífico a la libertad y a los sueños. Muy bonito, precioso. ¿es tuyo??? Si es así, felicidades.

Unknown dijo...

son más de nueve minutos de placer lo que nos has regalado...gracias navegante..