miércoles, 9 de julio de 2008

Toco tu boca

A algunas cosas he llegado muy pronto en esta vida, a otras algo tarde -nunca es muy tarde. Entre las segundas está Rayuela. De Rayuela se ha dicho todo, con decir que el prólogo a la edición de "Cátedra" ocupa muchas decenas de páginas está todo dicho. Me compré el libro dos días antes de que me pusieran la cadera de titanio, y me lo zampé el verano pasado, este año estoy releyéndolo una y otra vez abriendo páginas al azar, saltando de capítulo en capítulo, a veces en papel, a veces en virtual; os transcribo un párrafo que me encanta y en el que Horacio habla a la Maga.

“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí, para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender, coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca, y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio.

Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos, como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.”


De fondo, mi amigo Tom Waits canta "Jersey Girl", de su disco Heartattack and Wine –curioso montaje, ¿verdad?.



Tercer encierro de los Sanfermines. En la curva de Mercaderes, hoy se ha sufrido. Mucho corredor arrollado, un par de puntazos y carreras bonitas en Estafeta. Susto final para un pastor pero sin consecuencias. Había hoy muchos ángeles a lo largo del recorrido, desde San Vicente hasta Telefónica, muchos más que ayer.

Qué bien me siento. Buenas noches a todos.

1 comentario:

Camille Stein dijo...

curioso montaje, pero con un resultado excelente

mi pasión por Cortázar se remonta a hace ya muchos años, sobre todo en lo que se refiere a sus cuentos

... Rayuela tiene esa gozosa ventaja: se puede abrir al azar y disfrutar con la lectura sin necesidad de seguir el orden de un libro tradicional

vi a ese pastor con su cabeza entre las astas del toro... impresionante imagen :)

un abrazo