lunes, 21 de julio de 2008

Because the Night

Cuando tienes un hijo, por fuera pasas a la categoría de “padre”; por dentro cambia tu ser. Hace un mes escribía en el blog que los hijos no nos pertenecen, y que nuestro papel es hacer todo lo que esté en nuestras manos para que sean libres a la hora de elegir.

Hoy he ido a ver al Boss con mi principito de siete años, y mirando sus ojazos he descubierto dos cosas.

La primera, que el papel de los hijos, de mis hijos es hacerme mejor: me hacen mejor amigo, mejor padre, mejor compañero, mejor persona. He vuelto a recordad el fragmento de Gibran […podéis abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, pues sus almas habitan en la mansión del mañana, que vosotros no podéis visitar, siquiera en sueños / Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no intentéis hacerlos a ellos como vosotros. Ya que la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer].

La segunda, que las alegrías y las emociones que te produce un hijo no te las causa nada más en la vida.

Volviendo a casa, de su mano, con las emociones a flor de piel, he vuelto a recordar lo bien que se está en silencio con algunas personas. Y me he dado cuenta de que su mirada clara, transparente, no sólo iluminaba mis ojos sino la ciudad primero, y la oscura noche después. Hace ya un par de años, le regalé a mi príncipe una estrella. Era una calurosa noche de verano, en un valle del Pirineo famoso por sus cerezas, muy cerca de Andorra. Hoy me ha devuelto el regalo.

Él no sé, yo me acordaré siempre de esta noche que nos ha pertenecido. En su honor:




Me doy cuenta que no he escrito ni una línea sobre el concierto de esta noche. Debe ser que la vida me está tratando muy bien últimamente.

Que tengáis una buena semana.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Delamata, qué preciosa y tierna entrada. Me gusta cómo lo dices y cómo escribes. Ser padres es cierto que nos hace mejores personas. Me alegro que disfrutaras con Bruce, a mí también me gusta mucho.
Un beso enorme para tí y dos más para tu principito.

Camille Stein dijo...

deliciosa y dulce tu entrada de hoy

mucho amor respiras, amigo mío... tu forma de hablar de tu hijo me ha emocionado... no me extraña que apenas menciones el concierto :)

un abrazo muy fuerte